En la reciente edición del World Press Photo, el jurado ha premiado a Mads Nissen, fotógrafo del periódico danés “Politiken”, por una foto intimista de una pareja gay en San Petersburgo.

Al igual que la foto ganadora del año pasado, obra de John Stanmeyer (un grupo de inmigrantes en Yibuti buscando señal de telefonía móvil para contactar con sus familiares), la de esta edición también es oscura, con una luz barroca fuera del encuadre, lo justo para dibujar cara y silueta de los amantes desnudos en la noche. El mensaje es amor. Otro año más. Para la integrante del jurado Alessia Glaviano, «hoy en día, los terroristas utilizan imágenes gráficas de propaganda. Tenemos que responder con algo más sutil, intenso y reflexivo».

World Press Photo tiene intención de ser no solo una ventana del mejor periodismo gráfico que hay, sino también del que podría ser. Ha querido premiar imágenes que señalan un posible futuro del fotoperiodismo. Entre las galardonadas están también una serie de fotos casi forenses de Glenna Gordon, que se enfrenta a los límites como fotógrafa para hacer visible lo desaparecido.

Tres uniformes escolares, de cuadros vichy en diferentes tonos de azul (el color sería el mismo, pero cambia con el uso), bien cuidados, planchados y reparados con mano inexperta. Pertenecían a tres de las cerca de 300 niñas que fueron secuestradas el 14 de abril de 2014 por Boko Haram frente a su dormitorio de la escuela en Chibok, un remoto pueblo en el norte de Nigeria (219 siguen aún desaparecidas).

El trabajo de Glenna Gordon se completa con imágenes de otras posesiones de la vida escolar de las niñas: garabatos, apuntes, sandalias, libro de ejercicios… Tesoros para los padres huérfanos, difíciles de conseguir y llevar a un estudio de fotografía en la capital Abuya. Un trabajo sobre fondo negro que no es maniqueo, sin ego de autora, basado en una idea sencilla pero eficaz.

Glenna Gordon dedicó su premio en twitter a Dorcas, Hauwa, Elizabeth, Rhoda y todas las niñas desaparecidas de Chibok.