TERESA MOLERES
SORBURUA

El chancro europeo

El chancro es una enfermedad que ataca a árboles, arbustos, frutales y coníferas. Toma el nombre de la planta a la que ataca: chancro del cerezo, de haya, del tomate o de la berenjena. Los síntomas se detectan claramente examinando los árboles sin hojas durante el invierno. Las ramas se debilitan, agrietan, y aparecen unas aberturas que segregan una sustancia blanquecina o forman manchas oscuras rodeadas de una zona roja. En los árboles de frutos con hueso sale una sustancia gomosa; en las coníferas, resina y en los tomates, manchas pequeñas blancas.

La aparición de chancro suele producirse en plantas heridas, debilitadas o estresadas. Se desarrolla sobre los cortes producidos por una talla defectuosa o en partes enfermas, aunque también puede salir en las cicatrices producidas al caer la hoja. En los tomates y otras legumbres, aparece con temperaturas muy altas y húmedas, y sobre todo en veranos tormentosos.

Como consecuencia del chancro, la savia deja de subir por encima de la lesión y la planta se marchita. La infección no mata rápidamente a la planta, pero la deja debilitada y a merced de otras enfermedades mortales.

La prevención consiste en luchar escogiendo primero plantas y semillas seleccionadas y siempre utilizando podadoras desinfectadas. Otra precaución consiste en examinar a menudo las plantas para detectar las primeras fisuras y luego cortar y quemar las ramas portadoras. En los troncos, raspar las partes enfermas con una cuchilla hasta llegar a la madera desnuda. Enseguida, untar la herida con un producto cicatrizante. En los árboles frutales, hay que recoger y destruir antes de la primavera los frutos momificados, donde se ocultan las esporas del champiñón que causa la infección.

En el huerto, la mejor protección es rotar los cultivos y luchar contra los parásitos. Aunque una vez que aparece el chancro, es preferible ser radical, arrancar las plantas y quemarlas. En sus comienzos se puede atajar con un fungicida a base de cobre, como el caldo bordelés. Este tratamiento se hace unas dos veces en cada estación, sobre todo en los días con tormentas.

En el caso del castaño, los híbridos resultantes entre castaños europeos y japoneses y chinos que no sufren esta enfermedad están resultando ser más resistentes e inmunes a esta plaga.