2014 MAI. 09 Sorpresa gipuzkoarra Zurbanon El carácter se impone a la vergüenza Un Salgado absolutamente inconmensurable guió el primer triunfo de Gipuzkoa Basket en Zurbano. Los gasteiztarras, después de hacer el ridículo en la primera mitad, atizaron de lo lindo para remontar, pero los tiros libres visitantes decidieron. El play off se enreda. Arnaitz GORRITI LABORAL KUTXA BASKONIA 66 GIPUZKOA BASKET 72 Las palabras no pueden hablar por los hechos. Al final, no importa el resultado tanto como lo visto en el parqué y ahí la única verdad fue que Javi Salgado demostró ser mucho más jugador que el resto de jugadores reunidos en el Fernando Buesa Arena. Sí, eso incluye a Nocioni y sus años de experiencia en la NBA y su oro olímpico y a Pablo Prigioni, saludado por la grada baskonista con una efusión inversamente proporcional a sus años de visitante madridista, ahora convertido en deidad jupiterina de no haberse negado en redondo a una «Tercera Venida». Dio exactamente igual que el de Santutxu se quedara sin gasolina y que Laboral Kutxa Baskonia estuviera a punto de culminar su enésima remontada, y tampoco da igual que los donostiarras se arriman a una sola victoria de unos gasteiztarras que ahora van octavos, ganándoles además el basket average. ¿Qué más da ya todo? La escuadra baskonista hizo el más absoluto de los ridículos ante un GBC que, ante las bajas de Neto y Ramsdell, recuperaba a un Winchester destinado a no jugar más y en el que Hanley realizaba una primera mitad espectacular. Más aún, duele escribir esto, pero el club baskonista tuvo que recurrir a un arbitraje «de estatus social» para poder cargar de faltas a Doblas como para poder parar a Salgado «por la vía criminal». Y ni así pudo ganar, porque el crack de Santutxu pasó por encima de los de Scariolo a golpe de triple, y entre Doblas y Robinson GBC amarraba su primer triunfo en Gasteiz desde la línea de tiros libres. Así no, por favor Dando por supuesto que Gipuzkoa Basket no llegará a la octava plaza y que el Baskonia no perderá, una pequeña reflexión. Como no mejore, al menos en su concepción de amor propio de cara a los play offs, Laboral Kutxa Baskonia no solo se irá a la calle en cuartos de final de la postemporada, sino que tampoco faltarán los llantos ante «gravosos» arbitrajes. Quien ha vibrado con un Baskonia capaz de poner en solfa la jerarquía continental a base de orgullo y buen juego, no comprende lo poco que este equipo se respeta a sí mismo. Así no, por favor. No solo se perdió el carácter, sino que por esta vía, va camino de perder la vergüenza. Anoche al menos la vergüenza fue baskonista y el carácter, donostiarra. Y como a todos nos gusta que triunfe el bien, el carácter pudo con la vergüenza. La única ventaja de Laboral Kutxa Baskonia fue el 3-2, después de un triple de San Emeterio. A partir de ese momento, Gipuzkoa Basket endosó un parcial de 4-19, llegando al final del primer cuarto con un impactante 7-21. Will Hanley se disfrazaba de Ramsdell -o del Trías MVP de la Copa de 2007- para anotar canasta tras canasta, mientras que Winchester no parecía reaparecer tras siete semanas de ausencia. Por otro lado, el concurso de Jelinek, Hamilton y la primera mitad de Nocioni sí parecía producto de una ausencia de juego prolongada en años luz. Solo el arrimarse mínimamente, 21-40 al descanso, era el consuelo de los discípulos de Scariolo, que al menos confiaban en su extrema capacidad de volver a los choques, como por ejemplo ante Iberostar Tenerife o Bilbao Basket. Un detalle más, la afición baskonista, que tanto espoleaba a los suyos en el derbi ante los hombres de negro, se limitaba a pitar a los suyos, pero con un rictus de incredulidad, como si una derrota ante GBC fuese algo científicamente imposible. Orgullo La manera en la que regresó el conjunto gasteiztarra al derbi fue de mejor predisposición. Pero en ataque las cosas seguían sin fluir. Afortunadamente para los de Scariolo, el trío arbitral cargó de faltas a Doblas, Winchester y Olaizola, mandando a los locales a la línea de tiros libres. Todo vale, y los de Scariolo al menos aprovechaban ese inesperado regalo. Con todo, tras el 42-52 del final del tercer período, nadie se esperaba que Salgado, físicamente agotado, se arrancara con tres triples estratosféricos. Pero el de Santutxu es así, y a la estela de su orgullo se aferró David Doblas, capaz de meter tiros libres cuando los lleva fallando todo el año, y Robinson de igual manera, capaz de clavar los tiros libres de la victoria ante un laboral Kutxa Baskonia que volvió a tirar de Heurtel, pero sin remontada gloriosa. El «orgullo de entrenar a esta gente» de Sito Alonso y las «disculpas» de Scariolo «Muchas veces hemos conseguido remontar un mal inicio, pero lo que no puede ser es que siempre tengamos que necesitar la voltereta», se quejaba Giuseppe Poeta, incapaz de parar a Salgado en los minutos finales del derbi ante Gipuzkoa Basket. «Charles -Ramsdell- no estaba y, bueno, era una forma de dedicarle la victoria. He dado todo lo que tenía y la cosa ha salido bien. Y ahora además podemos tener opciones de meternos en el play off», remachaba un exultante Hanley tras su mejor partido. La cara y la cruz de una misma moneda que también se paseaba por la sala de prensa, aunque con traje y corbata, como le toca al uniforme de los entrenadores. Sito Alonso mostraba una voz temblorosa al cantar su «orgullo y admiración» hacia su plantel. La de Sergio Scariolo, en cambio, era tan lastimera que daba hasta pena, sobre todo cuando un periodista gasteiztarra en vano le buscó las vueltas con enunciados rayando el insulto. «Tienes razón», le cortó, antes y después de pedir disculpas a la afición. «Estamos encantados. Hemos dado una demostración de que las cosas son posibles. pensábamos que la última lesión, la de Ramsdell, nos podía hacer un poquito más de daño, pero el equipo ha demostrado carácter y muchísimo nivel en el aspecto mental. Agradezco a mis jugadores que me dejen ser su entrenador», reconocía Sito Alonso. Sergio Scariolo tenía otras palabras. «El entrenador debe dar la cara y pedir disculpas por los 15 primeros minutos. Ver cómo hemos fallado tiros comodísimos ha sido una pesadilla». «Hemos remontado hasta ponernos a tres puntos, pero jugamos con demasiada individualidad y ansiedad en los últimos minutos. La lucidez no nos asistió», terminaba el de Brescia. A. G. Pablo Prigioni descarta una tercera etapa baskonista Pablo Prigioni está en Gasteiz. De regreso de Nueva York y con los Knicks fuera de la postemporada, el jugador de Río Tercero matriculaba a sus hijos en un colegio de la capital alavesa. Al mismo tiempo, desde Argentina se prendía la mecha de una tercera etapa de Prigioni en Araba, algo que el propio base se apresuraba a desmentir. «Tengo contrato para el año que viene con los Knicks con opción a otro. Además, estoy disfrutando de ese nuevo rol que tengo allí: jugando 12-15 minutos saliendo del banquillo, con menos estrés que el que pude tener aquí, en el que ejercía más de líder del equipo. En cambio, allí son otros los jugadores que cargan con esa presión, y aunque yo ya me pongo la necesaria para hacerlo lo mejor posible en los minutos que tengo, no es lo mismo. Estoy más relajado, disfrutando y deseando seguir allí», zanjaba. Respecto al conjunto gasteiztarra, Prigioni reconocía que «está siendo un año difícil comparado con otras temporadas, pero ahora llegan los play offs, y todo puede pasar. El equipo sabe que fue irregular, pero si se pone fuerte mentalmente, puede hacer un buen play off. ¿Por qué no?. Puede ocurrir, porque hay jugadores de calidad». A. G.