2015 API. 15 El enigma persigue a Greta Garbo a los 25 años de su muerte GARA NUEVA YORK Hace 25 años que murió, escondida en el anonimato que había escogido durante casi medio siglo, pero todavía hoy “la divina” Greta Garbo sigue siendo una de las más enigmáticas y bellas figuras de Hollywood. El 15 de abril de 1990 falleció en Nueva York, a los 84 años, Greta Lovisa Gustafsson, la “esfinge sueca” que se retiró del mundo del cine con apenas 36 años, cuando era la actriz mejor pagada de Hollywood, para huir de una vida pública que, según muchos, siempre aborreció. «Intentó ser una figura misteriosa», asegura el responsable del departamento de cine del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), Charles Silver, sobre la personalidad evasiva, hermética y distante de una mujer que se ganó a pulso el sobrenombre de «la que nunca se ríe». Bajo las siglas del sello Metro Goldwyn Mayer (MGM), Garbo fue la icónica cara de muchas de las películas románticas más memorables de la década de 1930. «Personalmente pienso que es probablemente la mejor actriz de cine que hemos tenido nunca», opina Silver. Hollywood tan solo le proporcionó el sabor amargo de una estatuilla en honor a su carrera, en 1954, que ni recogió. Tras haber consolidado su carrera en el cine mudo, el descubrimiento de su voz grave tras rodar su primera película sonora, “Anna Christie” (1930), y la frase de promoción del film –“¡La Garbo habla!”– la elevaron al estrellato. «Se retiró tan joven... que se perdió muchas películas buenas de después de la guerra», suspira Silver. La combinación entre un tímido éxito comercial en sus últimos trabajos, la irrupción de la Segunda Guerra Mundial y el hecho de que «ella nunca estuviera contenta siendo una estrella ni teniendo una vida tan pública» fueron los motivos que Silver achaca a la temprana jubilación de la actriz. «Quiero estar sola» fue la única explicación que dio a su confinamiento en un apartamento de Nueva York cercano al East River, donde vivió durante décadas, paseando por las calles de Manhattan con unas grandes gafas de sol y su melena canosa, hasta que murió en un hospital cercano.