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Niños palestinos, mano de obra barata en las colonias judías

Los niños palestinos se han convertido en mano de obra barata en las colonias israelíes, donde son empleados a cambio de un ínfimo sueldo y en condiciones precarias para el cultivo, la cosecha y el empaquetado de productos agrícolas, según un informe de HRW.


La ONG Human Rights Watch (HRW) denunció el abuso de niños palestinos que trabajan en granjas de las colonias israelíes en Cisjordania. Cientos de niños, algunos de tan solo 11 años, trabajan a cambio de bajos salarios en condiciones «peligrosas» en granjas de colonos en la zona ocupada por los israelíes en el Valle del Jordán, afirma HRW en un reciente informe de 74 páginas.

En él remarca que las restricciones discriminatorias impuestas por Israel al acceso de palestinos a tierras para agricultura y al agua en Cisjordania, en particular en el Valle del Jordán, que ha sido tradicionalmente un centro de la agricultura palestina, tienen un costo anual para la economía palestina superior a 700 millones de dólares –según el Banco Mundial–. Los índices de pobreza entre los palestinos en el Valle del Jordán alcanzan el 33,5%, y se sitúan entre los más altos de toda Cisjordania. Algunos palestinos arriendan terrenos agrícolas a colonos israelíes; estos terrenos fueron asignados a colonos por Israel tras apropiarse ilegítimamente de tierras que pertenecían a palestinos.

«Los niños de comunidades empobrecidas por la discriminación israelí y las políticas de colonización están abandonando la escuela y trabajando en empleos peligrosos porque sienten que no tienen ninguna alternativa, mientras que Israel hace la vista gorda», destacó la directora de HRW para Oriente Medio, Sarah Leah Whitson. Explicó que los menores palestinos que trabajan en las colonias dejan los estudios para dedicarse a la limpieza o al empaquetado de espárragos, tomates, berenjenas y otros cultivos.

«Las colonias son una fuente constante de abusos, incluso contra menores y se están beneficiando de estos abusos. Otros países y empresas no deberían beneficiarse con ellos ni tampoco apoyarlos», concluyó.

Entre los principales importadores de productos agrícolas procedentes de las granjas israelíes en zonas ocupadas son Europa y EEUU. «Deberían cumplir con su propio compromiso de no obtener beneficios de las violaciones de derechos humanos que se cometan contra palestinos en Cisjordania ni contribuir a estos abusos, y para ello deberían concluir las relaciones comerciales con los asentamientos, incluidas las importaciones de productos agrícolas provenientes de éstos», incidió HRW. El informe, basado en los testimonios de 38 niños palestinos y 12 adultos empleados en granjas de colonos, constata que los menores a veces trabajan más de 60 horas semanales a altas temperaturas, recogiendo vegetales y fumigándolos.

Mareos, vómitos, irritación ocular...

Algunos de los entrevistados relataron haber padecido náuseas, mareos y desmayos mientras trabajaban en verano a elevadas temperaturas, que a veces superan los 40 grado a la intemperie y son incluso mayores dentro de los invernaderos. Otros menores dijeron haber sufrido vómitos, dificultades respiratorias, irritación en los ojos y erupciones cutáneas tras haber rociado plaguicidas o haber estado expuestos a ellos, incluso en espacios cerrados. Algunos afirmaron sufrir dolores de espalda tras cargar pesadas cajas con productos o llevar contenedores «mochila» con plaguicidas.

HRW precisó que de los 38 menores, 33 han dejado de asistir a la escuela y trabajan a tiempo completo en las colonias israelíes. 21 abandonaron los estudios antes de completar los 10 años de educación elemental que son obligatorios en la legislación palestina, y también en la israelí. «De qué sirve tener educación, si terminas igualmente trabajando para las colonias», exclamó uno de los menores al ser entrevistado.

Docentes y directores de escuelas palestinas en el Valle del Jordán indicaron que los menores que trabajaban con dedicación parcial en la colonias, durante fines de semana y después del horario escolar, a menudo estaban extenuados durante las clases.

HRW recordó que las leyes laborales israelíes prohíben que los jóvenes transporten cargas pesadas, trabajen a altas temperaturas y con pesticidas peligrosos y lamentó que Israel «no aplique estas leyes para proteger a los niños palestinos».

El líder de la comunidad colona de Israel en el Valle del Jordán rechazó el contenido del informe. «Son mentiras. El único fin de esta organización –en alusión a HRW– es manchar la imagen de Israel. Esos datos son una falacia,», dijo a AFP David Elhayani, quien también es granjero. Sostuvo que un granjero podría perder su licencia de exportación si se descubre que emplea a menores.

 

Leyes que nadie cumple ni vigila en los territorios ocupados

Organizaciones israelíes y palestinas de defensa de derechos laborales estiman que cientos de menores palestinos trabajan en colonias agrícolas israelíes todo el año, y que esta cifra aumenta durante las cosechas. Aunque «las leyes laborales israelíes prohíben que menores lleven cargas pesadas, trabajen a elevadas temperaturas y utilicen plaguicidas peligrosos, las autoridades casi nunca inspeccionan las colonias agrícolas», critica HRW. Israel ha destinado el 86% de las tierras en el Valle del Jordán a las colonias, y el acceso al agua del acuífero que bajo el valle es mucho mayor para la industria agrícola en las colonias que para los palestinos.GARA