2015 MAI. 11 Laboral Kutxa Baskonia El Baskonia hace méritos para no jugar el play off Un Estudiantes lleno de bajas ganó porque jugó como un equipo ante un cuadrogasteiztarra que se asemejó a una banda. Está empatado con el noveno. Arnaitz GORRITI MOVISTAR ESTU 86 LABORAL KUTXA 76 No, esto no es una página de opinión ni la barra de un bar. Estas líneas, escritas un poco antes de que terminara el partido de Laboral Kutxa Baskonia en la cancha de Estudiantes, debieran ser un ejercicio de resumen visual y emocional de un espectáculo deportivo. Pero cuesta mucho trabajo no escribir cuatro verdades sobre el «espectáculo emocional» ofrecido ayer por la escuadra gasteiztarra. Baste con decir que se ha puesto en peligro su presencia en play offs. Solo por el basket average mantiene su puesto entre los ocho primeros y toca jugar ante Real Madrid y Obradoiro. Definitivamente, Laboral Kutxa Baskonia se ha perdido el respeto por sí mismo y por sus aficionados. Cala por Gasteiz el discurso de la aldea gala, de ciudad minúscula puesta en el mapa fruto del esfuerzo de un Saski Baskonia que llegó a tutear a los trasatlánticos europeos. Sí, aquello sucedió, y hace diez años se jugaba la finalísima de la Final Four. Pero aquello pasó y no tiene visos de volver nunca más, salvo que en la escuadra gasteiztarra recuperen la humildad, la cordura, el respeto por su trabajo y la vergüenza. Y además, paliza Todo lo escrito con anterioridad tiene su justificación en la imagen ofrecida más que en el resultado. Por cierto, el Baskonia perdió merecidamente. Más aún, los gasteiztarras perdieron por una diferencia excesivamente reducida. Estudiantes, con sus bajas, fue un equipo; el Baskonia, una banda. Ibon Navarro: «Jugamos como niños en pretemporada» «Ha sido un partido de hombres contra niños», resumía Ibon Navarro. Pero los niños no eran Brizuela, Vicedo o Hernangómez, sino los suyos propios. «Somos un equipo triste que sufre jugando y no se divierte, pero desconozco los motivos», añadía un Ibon Navarro que admitía que «en cuanto nos tocan dos veces, nos caemos». De ese modo, llegaba a la conclusión de que «el equipo está vacío de competitividad, de energía y de ilusión». Su última imagen fue tan elocuente como la primera. «Estamos jugando como niños en pretemporada».A.G. DARIO BRIZUELA El «combo guard» donostiarra jugó su primer partido de la temporada en las filas de Estudiantes. Su vitalidad y descaro fueron de lo mejor; anotó cuatro puntos –sendos canastones– y le sacó los colores a James y Adams.