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MUNDIAL DE CANADÁ

Pena máxima para el torneo

Francia, la mejor selección hasta el momento, queda fuera en la tanda de penaltis. Alemania y Estados Unidos se verán en semifinales.


Francia confirma que se ha hecho mayor pero no tanto como para acabar con la fuerza de los tópicos. Porque sí, otros pueden jugar mejor a fútbol, pero Alemania acaba ganando.

Eso pasó en el Olímpico de Montreal, que disfrutó con el mejor partido que ha ofrecido hasta el momento el Mundial, gracias a la que ha sido también la mejor selección hasta ahora. Pero su competitividad innata permitió a las teutonas neutralizar la ventaja de Francia y forzar la tanta de penaltis, en la que un solo error, en el último lanzamiento, envía a casa al equipo de Philippe Bergeroo y coloca a Alemania, por quinta vez en su historia, en semifinales.

Pena máxima para las bleues pero también para el torneo, en el que no será fácil volver a disfrutar con un partido como el que protagonizaron galas y alemanas. Gracias, sobre todo, al buen juego de Francia, dominador casi absoluto del choque. Todo lo hizo bien el equipo de Bergeroo. Sin Maroszan que, con problemas físicos, no saltó al césped hasta la segunda parte al rescate de su equipo, Alemania se vio totalmente superada. Sasic, y menos aún Mittag, no fueron capaces de inquietar a la férrea defensa bleue. El centro del campo también era para las francesas que, por las bandas y por el centro, subían con muchísimas jugadadoras, llegando a agobiar a la zaga rival.

El gol, con todo, se le resistió a la escuadra gala, que tuvo que esperar hasta el cuarto de hora de la reanudación para que, con una buena acción pero también con algo de fortuna –el balón tocó en una zaguera, haciendo inútil la estirada de Angerer–, Necib hiciera justicia en el marcador. La reacción de las bicampeonas mundiales, el inevitable temor de Francia a perder lo conseguido, y la entrada de la joven Däbritz, que descolocó un tanto a la zaga gala, niveló un tanto la contienda a partir de ese momento, aunque el equipo de Bergeroo seguía haciéndolo mejor. Pero la suerte volvió a estar con el campeón y, a seis minutos del final, una mano de Majri permitió a Sasic establecer el empate que, por muy poquito, no pudo romper en dos acciones clarísimas, ya en la prórroga, el once francés.

Llegaron los penaltis y la fortuna volvió a acompañar al de siempre. Acabaron en gol los cuatro primeros por ambos bandos. En el definitivo, también marcó Sasic pero no Lavogez. Demasiada presión, quizá, para la joven delantera –21 años cumplidos la semana pasada– o buena intervención de la especialista Angerer pero lo cierto es que será Alemania la que siga adelante mientras las francesas lamen sus heridas en casa.

Duelo de bicampeones

Habrá, en semifinales, duelo de bicampeones. Porque Estados Unidos, que ha alcanzado esta ronda en todas las ediciones del Mundial, se impuso justamente a China (1-0).

Otra vez sin demasiado brillo, aunque esta vez se debió sobre todo al planteamiento ultradefensivo de las asiáticas. El equipo de Jill Ellis tuvo que esperar hasta la reanudación para hincarles el diente aunque una vez que Lloyd cabeceó el balón a las redes en el 51, su victoria no peligró. Ante un rival romo, supo contemporizar y llegará más descansado que su rival al duelo de semifinales.

El Mundial bate récords de audiencia

El fútbol femenino crece a pasos agigantados. Y eso se nota en el número de fichas, la creación de nuevas Ligas, el interés de las marcas comerciales y, por supuesto, el aumento de espectadores. Que está siendo espectacular en el Mundial de Canadá.

Sobre todo en lo que respecta a audiencias televisivas. Incluso en Europa, donde la diferencia horaria complica el seguimiento en directo del torneo. En Francia, por ejemplo, se venían marcando números de récord desde el inicio del Mundial pero la marca se rompió con el choque de cuartos ante Alemania: la cadena TNT obtuvo la mayor audiencia de su historia con los 4’1 millones de espectadores que siguieron el choque –en la semifinal entre Francia y Estados Unidos, hace cuatro años, fueron 2’4 millones de telespectadores– y que alcanzaron picos de hasta 5’3 millones. En Alemania, ese mismo partido alcanzó los 7’9 millones, un 38’8% de share. Lo mismo sucede en Inglaterra, donde incluso en la fase de grupos se superaron los dos millones. O en Noruega, donde el choque frente a Alemania de la fase de grupos fue el más visto del año, por delante incluso de la final de Champions masculina disputada una semana antes.

En Estados Unidos, el choque inaugural triplicó la audiencia de su primer partido del Mundial anterior. En Japón, antes de que comenzaran las eliminatorias, la audiencia ya había crecido un 16% respecto a hace cuatro años y en China se han duplicado las cifras.

En los estadios está sucediendo algo similar, sobre todo, claro está, con la selección canadiense, que en sus partidos ante China y Suiza ha congregado a más de 53.000 espectadores. A.U.L.