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CAMPEONATOS DEL MUNDO

Kazán comprueba el estado de la natación a un año de Río

El equipo estadounidense defiende su hegemonía con Lochte, Franklin y Ledecky pensando en engordar sus arcas particulares.


La natación en línea, el plato fuerte de los Campeonatos del Mundo, irrumpe hasta el próximo domingo en el gigantesco estadio Arena de Kazán más pensado para el fútbol que para ubicar las piscinas reglamentarias donde los coleccionistas de medallas pretenden ampliar sus rentas. Y para eso nadie como Ryan Lochte. El nadador de Rochester, que reside en Florida, se ha fraguado una carrera larga y productiva. Mañana cumplirá 31 años, lo que no ha influido a la hora de afrontar un denso programa en el que se incluyen 200 metros en libre, espalda y estilos, los 100 mariposa y el relevo de 4x100 metros libre.

No está mal para un nadador que posee un auténtico arsenal de metales de todas las aleaciones. 11 olímpicas –5 de oro–; 23 en Mundiales en piscina larga –15 de oro–; 30 en Mundiales en piscina corta –20 de oro– más las conseguidas en los Pan-Pacíficos, en los Panamericanos o en los trials estadounidenses que ayudan a entender por qué Lochte en alguna ocasión incluso ha llegado a regalar alguna.

Fue el nadador más destacado en el Mundial de Shanghai'2011, pero también en el de Doha en piscina corta porque, a diferencia de otros deportistas menos dispuestos a participar en competiciones menores, él no le hace ascos a nada. Entre sus hazañas cabe mencionar que en 2011 fue el primer nadador en batir un récord mundial tras la prohibición de los bañadores de poliuretano que revolucionaron las tablas entre 2008 y 2009. Fue en los 200 metros estilos pasando por encima del mismísimo Michael Phelps. A su amigo, compañero de equipo y sin embargo rival ya le había vencido con anterioridad. Aunque gran parte de su carrera transcurrió bajo la alargada sombra del Tiburón de Baltimore, Lochte terminó haciéndose un sitio e incluso llegó a eclipsarle en alguna ocasión. Su afición por el diseño –se creaba sus propias zapatillas– o por salir en televisión –en su reality show–, aumentaron su popularidad. Sus otras diversiones, sin embargo, no consiguieron apartarle de unos entrenamientos de fuerza entre pesadas cadenas y ruedas de camión que han dado mucho que hablar.

De su profesionalidad no hay duda, sino no estaría ahí. Versátil, ha sacado petróleo de sus virajes y de su nado subacuático, su experiencia es un grado y habrá que ver cómo resulta.

Si Lochte es el principal referente masculino del siempre potente equipo USA –dominan el medallero general histórico doblando a la segunda China con un total de 502 preseas por 231. También el particular de la natación en línea con 415 medallas (182 de oro) para superar a la segunda Alemania con 226 (77 de oro), incluyendo las preseas de la RDA y la RFA– la que más puja por seguir engordando esas cifras en el sector femenino es su compatriota Missy Franklin.

La californiana nadará otras cinco pruebas a nivel individual (100 y 200 metros libre, 50, 100 y 200 espalda) buscando el máximo. Con 20 años, la ondina de Pasadena puede alardear de un cargamento bien provisto que empezó a cosechar cuando era una adolescente sonriente en los Mundiales de Shanghai'2011 –3 oros, una plata y un bronce–. Prosiguió en Barcelona'2013 con cinco oros, y en medio adornó su suerte en los Juegos de Londres'2012 con 4 oros y un bronce. Solo su compatriota Katie Ledecky ha conseguido robarle el plano. Fundamentalmente porque la pelirroja de Washington es además la mujer más rápida del mundo en 400, 800 y 1.500 metros libre, las tres pruebas que nadará estos días en Kazán.

Más candidatos

Otros también darán que hablar por diferentes motivos. El chino Sun Yang ha ampliado su programa a los 200, 400, 800 y 1.500 metros. Tras un problemático 2014 en el que fue suspendido tres meses por dopaje a causa de un positivo por el estimulante trimetazidina, el pentacampeón mundial parece que llega en plena forma física. Se le vio fuerte en sus nacionales, aunque últimamente la polémica le acompañe en los grandes campeonatos sí o sí.

En Europa, Florent Manaudou, campeón olímpico de 50 metros libre, llega como líder del año y deberá demostrarlo ante los brasileños César Cielo y Bruno Fratus. El ambicioso velocista francés se dejará ver hoy mismo en el 4x100 libre donde el relevo galo defiende su parcela favorita. También el alemán Biedermann ha tenido un buen invierno y el inglés Adam Peaty, el primero en romper la barrera de los 58 segundos en 100 braza.

Australia espera mucho de Cameron McEvoy, mientras asiste al regreso de Grant Hackett, el doble campeón olímpico de 1.500 metros en Atenas’2004 y Sydney’2000, que regresa con 35 años queriendo dejar atrás una época azarosa.

Será el último gran test a un año de los Juegos de Río de Janeiro para uno de los deportes importantes del programa olímpico. Lo saben bien los principales ausentes, empezando por Phelps, sancionado en otoño tras dar positivo en un control de alcoholemia, o el australiano James Magnussen, doble campeón mundial, que no podrá defender su título en los 100 metros libre tras pasar por el quirófano para operarse de un hombro, el japonés Kosuke Hagino, víctima de una fractura en el codo derecho o el gigante francés Yannick Agnel.

Más recientemente ha causado baja la catalana Mireia Belmonte, que renunció hace justo una semana por una bursitis en el hombro izquierdo y una inflamación en el derecho que vienen de atrás y le hubieran impedido desarrollar el exigente programa que se había propuesto para Kazán. La húngara Katinka Hossu, tan estajanovista como la de Badalona, defiende los títulos de 200 y 400 estilos y dice que la echará de menos.