2015 AZA. 14 Lucha desesperada para evitar el concurso de acreedores en Oasa Los trabajadores de las empresas que conforman el «grupo Tra», con plantas en Donostia y Derio, protagonizan estos días una lucha desesperada para evitar el concurso de acreedores que la dirección ya ha solicitado, aunque ellos creen que la empresa es viable. Llevan meses sin cobrar y no entienden que aún no se haya presentado un plan de viabilidad. Joseba SALBADOR DONOSTIA Aunque el «grupo Tra» no resulte muy conocido, detrás de estas siglas se encuentran empresas ya históricas como Oasa Transformadores XXI, radicada en el barrio donostiarra de Rekalde desde hace 60 años, o Trafo Technologies, de Derio, dedicadas principalmente a la fabricación de transformadores eléctricos. Los trabajadores de estas dos empresas, junto con los de la planta de ETESA de Cáceres, llevan varios meses de lucha contra el quinto ERE de suspensión en siete años, presentado de forma conjunta para las tres empresas y que, a juicio de los empleados, no soluciona los problemas, ya que llevan meses con graves problemas salariales –hay quien acumula hasta cinco meses y medio de deuda–. Según denuncia el comité, liderado por CCOO, tampoco hay liquidez para la compra de materias primas y pagos a proveedores o a hacienda. La dirección reconoció hace una semana que desde junio se encontraban en preconcurso de acreedores y que el 13 de octubre habían solicitado el concurso tras agotar los plazos máximos legales. Según explica el comité, a día de hoy el concurso aún no ha sido admitido por el juzgado mercantil, trámite que parece haberse dificultado ya que en la solicitud se incluyen también el resto de sociedades del grupo, como son Trafo Technologies y Amesa SA de Derio, ETESA de Cáceres o Electroaplicaciones Olvega SA de Soria. La aceptación del concurso por parte de los juzgados supondrá la desaparición definitiva de estas fábricas, lo que provocará la pérdida de decenas de puestos de trabajo directos. Solo en Oasa, más de cuarenta trabajadores acabarían en la calle de seguir adelante los planes de la dirección. En la misma situación se encuentran otras fábricas del grupo como Bobinados Bidekoetxe o Calderería Arratia y el concurso podría ser extensible próximamente a otras empresas vinculadas. La plantilla denuncia que en las reuniones llevadas a cabo hasta el momento en el Colegio de Abogados de Bilbo «no ha habido una verdadera contraparte negociadora», ya que a las mismas «solo acuden dos asesoras externas de un conocido bufete de abogados vizcaino sin apenas capacidad decisoria», lo que califican de «burla» a todos los trabajadores. En su lucha por mantener la actividad industrial, los trabajadores han mantenido esta semana diversos contactos con los grupos municipales del Ayuntamiento de Donostia, a quienes han trasladado que OASA «es viable, posee producto, el saber hacer y la gente necesaria para continuar trabajando». A su juicio, el problema radica en que la dirección «es incapaz de gestionar la empresa, más preocupada en lucrarse con los terrenos, en culpar a los trabajadores y en un constante movimiento de fondos dentro de un difuso grupo empresarial con más de 40 empresas dirigidas por Julián García Ureta y la familia Arteta-Ocerín». EMPLEOSLa aceptación del concurso por parte de los juzgados supondrá la desaparición definitiva de media docena de empresas, lo que provocará la pérdida de decenas de puestos de trabajo directos. Solo en Oasa, más de cuarenta trabajadores acabarían en la calle. «PELOTAZO»Los grupos municipales de PSE, EH Bildu e Irabazi en el Ayuntamiento de Donostia se han mostrado dispuestos a estudiar fórmulas para evitar que la actual dirección cierre la empresa y posteriormente dé un pelotazo con los terrenos».