2015 ABEN. 09 CRÍTICA «Krampus-Maldita Navidad» El visitante inesperado Koldo LANDALUZE Hace tiempo que la Navidad dejó de ser un territorio acotado para las producciones bienintencionadas. Atrás queda el remanso de paz y alegría familiar legado por las producciones Disney o las versiones más o menos edulcoradas de clásicos dickensianos porque en su afán por buscar nuevos ingresos, Hollywood es capaz de permitir la subversión si con ello logra una taquilla suculenta. Alterada la imagen de Santa Claus en propuestas como “Bad Santa” de Terry Zwigoff o cruzado el meridiano de lo imposible en producciones de corte fantástico como “Pesadilla antes de Navidad” de Tim Burton, nos dejamos llevar por el bestiario navideño. En estos territorios topamos con los inolvidables “Gremlins” de Joe Dante o con la decepción que supuso “El Grinch” de Ron Howard. En este listado se ha colado la nueva realización de Michael Dougherty, un autor experimentado en el género fantástico que ha bebido de una leyenda del folclore alpino según la cual, un demonio llamado “Krampus” aparece en la noche del 5 de diciembre, merodeando las calles durante dos semanas, haciendo sonar campanas y cadenas oxidadas para asustar a los niños pequeños. En su intento por plasmar estos terrores infantiles, Dougherty se apoya en un cóctel de sustos e intenciones previsibles en el que destaca, sobre todo, su intención por dibujar en el espectador una risa mediante un cóctel de terror y comedia macabra enmarcada en un hogar dispuesto a celebrar una Navidad sin sobresaltos. Anárquica en ocasiones e irregular en su desarrollo, “Krampus” falla en su propia virtud de pretender ser intrascendente, libre e independiente, y no perfilar los detalles de un grupo de personajes y situaciones que beben de la lista de películas señaladas anteriormente.