2016 URT. 17 CRÍTICA «Bendita calamidad» En busca del tesoro perdido de la Catedral de Tarazona Mikel INSAUSTI La comedia aragonesa de Gaizka Urresti es tan ingenua y tan infantil, que jamás se me ocurriría cargar las tintas contra ella. Prefiero pensar que forma parte del desfase cultural que ha invadido el cine español por culpa de la plaga del humor localista, y de ahí que “Bendita calamidad” haya permanecido varias semanas en los cines aragoneses, lo que ha facilitado su estreno en el resto del Estado español, ya con mucha menos repercursión (fui el único asistente a la primera sesión del viernes en Iruñea). Gaizka Urresti ha debido de intuir un fenómeno paralelo al de “Vaya Semanita” en el programa de humor “Oregón Televisión” de la cadena autonómica aragonesa, viendo factible su explotación cinematográfica. Y si Karra Elejalde se basó en los chistes de Txomin del Regato para desarrollar su acento vasco en plan cómico, pues aquí los locales Jorge Asín y Nacho Rubio hacen lo propio con respecto al deje baturro de Paco Martínez Soria. Incluso Juan Muñoz, la mitad del dúo cómico Cruz y Raya, también se amina con dicha entonación jotera. Los nuestros no tanto, aunque falta Álex Angulo, que falleció a comienzos del rodaje, siendo sustituido por Luis Varela en el papel del Obispo de Tarazona, a quien secuestran por error los hermanos Fayos (hosteleros endeudados) el día de la tomatera fiesta patronal del Cipotegato. Gorka Aginagalde repite el rol de matón que hacía para Juanma Bajo Ulloa en la reciente “Rey gitano”, mientras que Carlos Sobera se estrena, ver para creer, como villano de la función. No faltan las bromas sobre el Ecce Homo de Borja, e incluso se cuela un homenaje involuntario al surrealismo rural de “Amanece que no es poco” (1989), pero en el fondo la trama argumental es un relato de aventuras sobre un tesoro oculto en la Catedral de Tarazona, y cuyos orígenes históricos son ilustrados mediante las viñetas de un cómic. El tratamiento paródico es similar al empleado por Jesús Bonilla en “El oro de Moscú” (2003).