2016 MAR. 17 RADIOGRAFÍA DE LOS GRUPOS REBELDES SIRIOS Pulsión interna e impulsos externos escoraron a la rebelión al rigorismo sectario Cuando se cumplen cinco años de guerra, el análisis de los grupos rebeldes sirios y de su evolución arroja luz sobre las razones de su escoramiento hacia posiciones mayoritariamente salafistas. Dabid LAZKANOITURBURU Desde que las protestas iniciadas hace cinco años en Siria derivaron en guerra abierta hay un actor en esta crisis, los rebeldes, de los que se ha escrito mucho pero se sabe poco. Indudablemente, el hecho de que los grupos que luchan con las armas contra el Gobierno sirio desde 2011 hayan llegado a ser más de un millar añade confusión a la hora de entender este fenómeno. Un fenómeno sobre el que la propia terminología provoca discusiones tan viejas como bizantinas. Así, tanto para Damasco como para sus apoyos internacionales se trata de «grupos terroristas financiados y apoyados desde el exterior». Dejando para más adelante la cuestión de los indudables padrinazgos internacionales a estos grupos, quizás convenga detenerse en el significado de las palabras para certificar hasta qué punto nos dejamos llevar por cuestiones previas o prejuicios ideológicos. Según la RAE, rebelde es «quien se subleva o quien opone resistencia» y rebelión es un «delito contra el orden público (...) consistente en el levantamiento público y en cierta hostilidad contra los poderes del Estado, con el fin de derrocarlos». Por tanto, la ideología que mueva a quien o quienes intentan derrocar a un Estado no prejuzga y no impide que a todos ellos se les reconozca como «rebeldes». En resumen, que una revuelta no nos guste no implica que no lo sea (otra cosa es el manido debate en torno a la lucha armada versus terrorismo). Eso no quiere decir que la ideología que mueve a estos grupos y su evolución en el tiempo no sea importante. Al contrario, un análisis del magma de los grupos rebeldes en Siria y de su evolución en el tiempo arroja luz sobre la complejidad del conflicto sirio. Ejército Sirio Libre (ESL): Es la primera gran coalición rebelde. Nace en julio de 2011 sobre la base del «Ejército de Oficiales Libres», compuesto por desertores del Ejército Árabe Sirio. Apostaba por «el mantenimiento de la unidad nacional tras la caída del régimen, respetando a todos los sirios por igual y salvaguardando la multiconfesionalidad». En sus filas confluyeron principalmente combatientes árabes suníes, pero también palestinos, cristianos, drusos... De contar con hasta 80.000 milicianos, con decenas de brigadas, batallones (liwáh) y compañías (jatiba), en su mayor parte nutridas de ciudadanos con adiestramiento en el servicio militar sirio (tres años) y operar por todo el país, perdió la primacía en el seno de la rebelión armada por desavenencias con la oposición en el exilio (Coalición Nacional Siria), por falta de financiación exterior (su armamento proviene de los arsenales capturados en asaltos contra cuarteles y comisarías) y por la creciente islamización de la rebelión armada. El ESL contaba en su seno con grupos armados islamistas, agrupados en el Frente Islámico de Liberacion Sirio (FILS), que se disolvió a finales de 2013 en plena crisis de la coalición. Ello no quiere decir que el Ejército Sirio Libre haya desaparecido del todo. El Frente Sur del ESL lidera la insurrección armada en la provincia de Deraa, fronteriza con Jordania. Brigadas del ESL tienen asimismo una fuerte presencia en los barrios rebeldes de la ciudad de Alepo y están diseminadas por todos los frentes de guerra. Ejército de la Conquista (Jaish al Fatah): Coalición islamo-salafo-yihadista creada en marzo de 2015, agrupa al principal grupo armado salafista sirio, Ahrar al-Sham, a la sección siria de Al Qaeda (Frente al-Nosra) y a otros grupos de corte islamista no salafista. Financiada por Turquía, Qatar y Arabia Saudí, cuenta con unos 30.000 hombres y tomó en abril del año pasado el control de la provincia de Idleb. El inmediato origen del Ejército de la Conquista está en el Frente islámico Sirio, que se creó precisamente de las cenizas del Frente islámico Sirio de Liberación, antes mencionado. A diferencia de ISIS y Al-Nosra, el Frente Islámico Sirio no es un grupo yihadista ni pretende la reinstauración del califato, pero su ideología de corte salafista pretende hacer del islam suní la identidad del Estado sirio, y de la sharia su única fuente de derecho, No reconoce, por tanto, la multiconfesionalidad del Estado. Realiza labores de asistencia social y caridad, típicas del islamismo político, lo que contrasta con los abusos de grupos como Al Nosra y el ISIS, pero los limita a los suníes. Uno de sus grupos principales es Ahrar al Sham (Movimiento Islámico de los Hombres Libres de Levante). Cuenta com hasta 20.000 hombres y está presente en Idleb y en la provincia de Alepo. Apoyado por las petromonarquías del Golfo, su origen se remonta a la puesta en libertad por parte de Damasco de prisioneros islamistas, salafistas y de Al Qaeda en mayo de 2011, en plena revuelta civil contra el Gobierno. Uno de los excarcelados fue precisamente su líder, Hassane Abboud, muerto en un atentado del los servicios secretos sirios en 2014. Ahrar al Sham es el componente más duro del Frente Islámico Sirio y se distingue de la «corriente reformista» de los Hermanos Musulmanes. Miembro a su vez del Frente Islámico Sirio, el Ejército del Islam (Jaysh al Islam) es otra coalición islamo-salafista que opera en Damasco. Su líder, Zahran Alloush, igualmente excarcelado en 2011 tas ser condenado por activismo salafista, murió en un ataque con misiles en la provincia de Ghuta. Patrocinado por Arabia Saudí –hay quien sostiene que para frenar la expansión de Al Qaeda–, Alloush era un dirigente salafista implacable que –pese a, o por– ello logró aglutinar en su coalición a grupos de toda la órbita ideológica rebelde. Suqur al-Sham (Halcones de la Brigada de Levante): Su líder, Ahmed Eissa al-Seikh, igualmente liberado por Damasco tras el inicio de la revuelta, dirigió en su día el Frente Islámico de Liberación Sirio y fue uno de los grupos más activos en Idleb y Alepo hasta que que, en marzo de 2005, se fusionó y se puso a las órdenes de Ahrar al-Sham. Brigada al-Farouk: .Fue el grupo más activo del ESL en Homs (centro). En 2012 fundó el Frente Islámico de Liberación Sirio. Su declive coincidió con escisiones como la salafista Brigada Independiente Omar al-Farouk. Brigada al-Tawhid. Brigada del Monoteísmo: En su día uno de los grupos rebeldes más importantes de Alepo con 10.000 efectivos. Históricamenre ha tenido fuertes vínculos con los Hermanos Musulmanes. Tras la muerte por un misil en Alepo de su líder, Abdelqader Saleh, se dispersó en otros grupos. Frente de los Revolucionarios de Siria: Apoyado por Jordania y activo en la provincia de Quneitra (suroeste). Lucha al lado del Frente Islámico. Faylaq al-Cham (Legión de Levante): brazo armado de los Hermanos musulmanes. Ha anunciado su demarque del Ejército de la Conquista. Activo en el norte y centro del país. Ejérrcito Sirio Turcomano (Suriye Türkmen Ordusu / Cephesi): Apoyado por Turquía. Se hizo famoso en noviembre de 2015 al disparar a los pilotos que se eyectaron del caza ruso derribado por Turquía y matar a uno de ellos. Frente al Nosra (Jabat al Nusra): Es la sección siria de la red Al Qaeda. Cuenta con unos 7.000 hombres y con una nutrida presencia de combatientes extranjeros, bien armados, adiestrados, experimentados en combate en Irak, Afganistán.. y muy motivados por su agenda yihadista y sectaria. Su líder es Abu Mohammad al-Golani, lo que apela a que sería oriundo del Golán. Al-Nosra aboga por la restauración del califato, un estado panislámico y sectario con la sharia como única ley. La población en zonas del norte bajo su control sufre la considerada organización terrorista por la ONU y los países occidentales. Rechazó en 2013 una «OPA yihadista» del ISIS. Desde entonces, luchan por la primacía en el seno de la yihad. En ese marco Al-Nosra ha tejido alianzas de iure y de facto con casi todos los grupos rebeldes armados sirios. Estado Islámico (ISIS). Mientras Al-Nosra asegura que su lucha se reduce a Siria, el ISIS va más allá y aspira a un califato mundial con origen en su territorio actual del este de Siria y noroeste centro de Irak. Cuenta con 30.000 hombres, la mitad extranjeros. En sus inicios en 2013 se nutrió de desertores de Al-Nosra y otros grupos rebeldes sirios; del lado iraquí, de combatientes de Al Qaeda y altos cargos y oficiales del Baath de Saddam Hussein. Grupos extranjeros como los oriundos del Cáucaso, Rusia y Asia Central (Ejército de Emigrantes y Ayudantes), el Movimiento Islámico de Turkestán y Jund al-Aqsa apoyan al ISIS o a Al-Nosra, a conveniencia. Fuerzas Democráticas de Siria: Coalición entre la milicia kurda YPG (Unidades para la Protección del Pueblo) y grupos rebeldes árabes y asirios. Punta de lanza contra el ISIS (al que expulsaron de Kobane) defienden el federalismo en una Siria democrática, lo que les enfrenta a todo el arco sirio, desde el Gobierno hasta la práctica totalidad de grupos rebeldes. Como conclusión de este resumen de siglas y grupos, la coalición kurda es la excepción democrática y laica mientras el ISIS despunta como la excrecencia yihadista de una rebelión armada que, con los años y el recrudecimiento de la guerra, se ha ido escorando hacia versiones más rigoristas y sectarias. Una tendencia que estaba sin duda en el origen tanto histórico (revuelta islamista y masacre de Hama en 1982) como en el propio Ejército Sirio Libre, y que a la vez ha contado desde un principio con el impulso externo tanto por parte del Gobierno sirio, cuando decidió casualmente excarcelar en mayo de 2011 a cientos de salafistas e incluso miembros de Al Qaeda que pasarían a nutrir y dirigir las filas de una rebelión cada vez más parecida a la imagen que de ella daba Damasco; como por parte de las potencias regionales, sobre todo de las petromonarquías del Golfo, que lograban así torpedear y modular el origen democrático y civil de la revuelta siria. El islamismo, e inclusoel salafismo, presentes desde el inicio en la oposiciónsiria, ha acabado convirtiéndose en hegemónico por el recrudecimiento de la guerra y por el impulso consciente,aunque desde posiciones contrapuestas, tanto por parte del Gobierno sirio como de las potencias regionales suníes