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Pelota

Urruti, el superviviente

Un Ezkurdia tocado dejó escapar un 11-17 ante un campeón que nunca se rindió y obró otra remontada.


URRUTIKOETXEA 22

EZKURDIA 19


«Resistir es vencer», la frase más conocida de las atribuidas al político canario Juan Negrín, seguro citada en alguna de las múltiples convocatorias celebradas ayer por nuestra geografía con motivo del primero de mayo, puede ser tranquilamente adjudicada a un Mikel Urrutikoetxea que volvió a hacer de la supervivencia a ultranza su mejor virtud para asegurarse el pase a semifinales del Manomanista.

Apenas seis meses después de remontar un 10-20 ante Martínez de Irujo en la final del Cuatro y Medio, en el mismo Bizkaia que tan bien la va, el de Zaratamo levantó ayer un 11-17 ante un Joseba Ezkurdia que lo había desorientado hasta ese instante. Sin embargo, con algún problema en su derecha y calambres en sus piernas, supo estar en su sitio hasta que las adversidades terminaran de venírsele encima a un Joseba Ezkurdia que volvió a quedarse a las puertas de dar ese paso en el escalafón.

Él mismo fue el que, al término del partido, reconoció que quizá le falte algo más de fe en sí mismo para subir ese escalón, porque como el año pasado ante Oinatz Bengoetxea en el Labrit, demostró que cualidades y juego ya tiene.

Dos veces a vestuarios

Si en 2015 fue una jugarreta del de Leitza, retirándose a vestuarios la que le desestabilizó, ayer fue él el que tuvo que acudir dos veces, con razón, a recibir los cuidados del médico, por un pelotazo en la ceja por la que recibió varios puntos de sutura (9-10) y por una torcedura en su tobillo derecho en el 14-18.

La segunda incidencia fue tras un magnífico tanto, en la que cruzó la pelota del txoko al ancho tras un largo peloteo en el que se vio obligado a defenderse. Moralmente parecía un tanto de esos que se conocen como sicológicos, pero la tara física, y también moral, fue mayor.

Resultó el punto de inflexión en un partido de desgaste, en el que con su volea, su mayor golpe y una gran preparación, el de la Sakana había conseguido confundir al campeón.

Porque tras un inicio equilibrado, el poder de Ezkurdia había llevado a Urrutikoetxea a cambiar de táctica varias veces, al verse incapaz de superarle, con una defensa incluso superior a la suya. Solo cuando acertó a darle altura y cruzar la pelota a pared encontró flaquezas en Ezkurdia y, casualidad o no, eso lo consiguió justo al final.