Incidentes

Nada va a ser como pensamos que debería ser cuando exista la posibilidad de manipular desde dentro o desde fuera. Así la crónica de cualquier acontecimiento público se convierte en un atestado de accidentes o de incidentes. Tenemos resaca eurovisiva, lo que no acaba de comprenderse dada la bajada global de audiencia de este evento tan acotado por el mal gusto y la política. A dos ciudadanos se les impidió entrar al recinto con una ikurriña. Otra vez la politización y degeneración de las medidas de seguridad. Dicen que se presentó demanda y repulsa de las autoridades españolas. Parece que por la ikurriña, no por las votaciones. Habrá qué explicar a los más pequeños y los despistados que Australia no forma parte de Europa, aunque estuvo a punto de ganar ese evento cantarín. ¿Por qué razones? Es tan difícil de explicar el que desde Oceanía se pueda romper la hegemonía de música barata y mal vestida como el mecanismo de las votaciones digitales que dieron la vuelta al marcador  para que ganara una canción reivindicativa de un contenido político innegable, asunto que está prohibido en el reglamento, con la excepción que sea para meterse con Rusia, que entonces sí que  vale todo.

El incidente televisivo por excelencia fue el sufrido por el programa de La Sexta “El objetivo” en la Puerta del Sol, que fue increpado y abucheado nada menos que por Iñigo Errejón.

Habrá que descifrar bien estas reacciones de los que protestaban, porque uno recuerda aquel 15M de hace cinco años y las televisiones más reaccionarias retransmitieron con manipulaciones y provocaciones aquellos días. Aquella toma de esa plaza fue un fenómeno televisivo que dejó muchas derivadas. Desde una mayoría absoluta del PP y la creación de Podemos, asunto que algunos no aceptan y por eso protestan.