2016 MAI. 22 DE REOJO Pancho Raimundo Fitero Muchos crecimos con un perro llamado Rin Tin Tin que era la mascota y algo más de una serie de soldados unionistas americanos. Perro y niño a la vez. Comprendo de repente que se nos fue anidando en algún rincón del disco blando una idea militarista y canina de la vida y del futuro. Una vida de perros. Una perra vida. Un cornetín, un cabo, caballos e indios llamados de manera despectiva pielrojas. En blanco y negro. Después han ido apareciendo muchos otros perros en color. Y sigue un perro pastor alemán que es el más listo que toda la comisaría donde trabaja en Viena. Han cambiado de protagonista actoral varias veces y de perro. Aunque parezca el mismo, por envejecimiento o muerte los cambian por otro igual, adiestrado por los mismos métodos muy poco recomendables para los perros. Castigo y premio. Me tiene muy pillado el perro de Rastreator que busca los mejores precios en seguros de automóvil o vivienda que se ha pasado a viajes y hoteles. Ni qué decir tiene que el perro de Scottex ha sido el más recurrente, el único ser vivo capaz de estirar de un rollo de papel higiénico enorme, repartirlo por la casa y que no se rompa. Una sensibilidad extrema. Estamos de duelo porque ha muerto Pancho. Sí, ese simpático perro que anunciaba el juego de La Primitiva, que parece que le tocó el primer premio y se fue al Caribe, que salió en otros anuncios y varias series, y hasta protagonizó una película. Un perro muy rentable para sus dueños. Un perro artista. Ahora muerto, se demuestra que pese a que tendrán sustitutos, será difícil encontrar un perro con la facilidad de adaptación y fotogenia. Y no es broma. Las cámaras querían mucho a Pancho. Transmitía bastante más que algunos repartos de las series españolas de las tardes. Y Pancho seguro que no defraudaba a Hacienda.