2016 EKA. 02 CONGRESO EN LA CAPITAL ALEMANA 1941, 1956, 2016: el lehendakari Agirre, en Berlín por tercera vez José Antonio Agirre es de aquellas personalidades vascas cuya labor política en favor de Euskal Herria va mucho más allá de su afiliación política concreta y transciende también al espacio y el tiempo. Después de haber estado en Berlín en condición de refugiado y también de político, ahora ha regresado por tercera vez a la capital alemana. Documentación del evento en torno a la figura de Agirre. Azken eguneraketa: 2016 EKA. 02 - 09:46h Ingo NIEBEL BERLÍN Organizar un evento sobre el primer lehendakari democráticamente legitimado, José Antonio Agirre, conlleva siempre el riesgo de derivar en un acto folklórico o partidista. Pero un vistazo al programa de actos estos días en Berlín confirma que se han logrado evitar los dos peligros. En todo momento se destacaban otros aspectos que no solo Agirre, sino también otros vascos y vascas, han aportado a la Europa de nuestros días durante las pasadas ocho décadas. Punto de arranque de esas actividades ha sido el 75 aniversario de la fuga que Agirre protagonizó –junto a su esposa Mari Zabala y los hijos menores de edad, Aintzane y Joseba– allá por 1941 a través de la Alemania nazi. En 1940 el lehendakari se vio sorprendido por el rápido avance de las tropas alemanas cuando veraneaba en la costa belga, donde se había juntado con parte de su familia, que vivía como él en exilio después de que el fascismo español lograra con ayuda alemana e italiana conquistar el territorio vasco. Aun así, Agirre logró mantener activo el denominado Gobierno de Euzkadi. Ante el odio manifiesto del franquismo, Agirre tenía que temer su extradición y ejecución, extremo que sí se consumó en el caso de su homólogo catalán Lluís Companys. El dirigente jelkide, pese a todo, tuvo la osadía de trasladarse bajo identidad falsa al Reich hitleriano, porque contaba con la ayuda de varios diplomáticos sudamericanos y el apoyo del multimillonario de origen vasco Manuel Ynchausti, residente en EEUU. Esta red y otros factores, como el hecho de que la Gestapo diera prioridad a asuntos diferentes, hicieron posible que la familia Agirre Lekube pudiera escaparse del Imperio nazi, sin que las autoridades alemanas se dieran cuenta de su presencia en Berlín. Retorno en 1956 En 1956 Agirre regresó a la capital alemana, entonces dividida entre las cuatro potencias victoriosas de la Segunda Guerra Mundial. Se alojó en la parte occidental y frecuentaba también las zonas que ya conocían desde 1941, cuando vivía ahí en calidad de un refugiado con documentación falsa. Sin embargo, en esta segunda estancia Agirre operaba ya con su nombre auténtico y como jefe del Gobierno de Euzkadi en el exilio. Participó en una conferencia de los Nuevos Equipos Internacionales, embrión de la democracia cristiana que más tarde se llamaría Partido Popular Europeo. El lehendakari pretendía buscar apoyos para la causa vasca en un momento en el que la dictadura franquista había salido de su aislamiento a nivel internacional porque la Guerra Fría había cambiado las coordenadas políticas. Este trasfondo histórico explica el congreso titulado "El legado internacional del Gobierno de Jose Antonio Agirre". Como organizadores figuran el Instituto Vasco Etxepare, el William Douglass Center for Basques Studies de Reno (Nevada, EEUU) y la Universidad de Leipzig, representados por los catedráticos Mari Jose Olaziregi, Xabier Irujo y Carsten Sinner, respectivamente. Dado el cargo de lehendakari que ostentaba el homenajeado, fue un representante actual de Lakua, el director de Asuntos Europeos, Mikel Antón, quien abrió el evento, presentando a Agirre y su ejecutivo como predecesores del europeísmo. «Era un patriota vasco que trabajó por la democracia y contra el totalitarismo», subrayó Otro enfoque sobre la figura de Agirre lo aportó el catedrático de la Universidad de Marburg Carlos Collado Seidel, hablando de la propuesta de la inteligencia norteamericana de convertir al lehendakari en jefe de un movimiento de la oposición moderada republicana para desbancar a Franco del poder. Aportó nuevos detalles y documentos sobre aquella operación encubierta que no se realizó por un giro en la política exterior estadounidense. El catedrático de la Universitat de Barcelona Joan Villarroya Font, por su parte, resumió la represión contra los militares leales a la República en tierra vasca por parte de los sublevados franquistas. Identificó a una docena de oficiales que corrieron esa suerte. Como hoy día en Idomeni Un prisma mucho más personal caracterizó la ponencia del periodista británico Nicholas Rankin, quién resumió la fuga de Agirre sobre la de su diario. Su amena presentación se cargó de emoción al evocar que en el momento en que Agirre fracasó en el intento de embarcar en un barco inglés en la asediada playa de Dunquerque en mayo de 1940, de ahí salieron un abuelo y un tío suyo que luchaban en el Ejército contra los alemanes. Rankin recordó también que en un momento dado el presidente vasco y su familiares se vieron en una situación muy parecida a la de los refugiados en Idomeni: parados ante una frontera cerrada, junto a otras miles de personas, y encerrados por una valla de alambre de espino. A pesar de todas las penurias y la brutalidad de las dos contiendas, Agirre no perdió ni el humanismo que le caracterizaba ni tampoco su fe católica. Intervenir ante la Santa Sede por la agresión franquista era una parte de la acción exterior del Gobierno de Agirre. Los pormenores los explicó el historiador Hilari Raguer i Suñer. A Xabier Irujo le tocó cerrar el evento subrayando que Agirre hasta cierto punto representa «la historia de todos los vascos que fueron forzados a exiliarse». El lehendakari escapó a los campos de exterminio; centenares de sus compatriotas no tuvieron esta suerte. A la actividad asistió una treintena de personas del ámbito universitario, la Euskal Etxea de Berlín y la asociación cultural germanovasca Gernika. Dadas las circunstancias políticas, marcadas por la actitud del Gobierno español y la indecisión de la CDU ante la expulsión de su socio PNV del PPE a instancias del PP hace 15 años, no se podía esperar más audiencia. Pero lo importante es que las mencionadas instituciones, Euskal Etxea de Berlín y la asociación Gernika han sembrado una semilla de la que puede surgir otra imagen de Euskal Herria bien diferente a la que hasta 2011 dominaba la información internacional. Halago oficial a «un hombre valiente» El martes el vicepresidente del Parlamento regional de Berlín, el cristianodemócrata Andreas Grams, recibió a los representantes y organizadores de este congreso sobre el lehendakari Agirre. Sobre el político vasco dijo que era un «hombre valiente» cuya historia debería ser más conocida en Alemania. Entre los asistentes se hallaban las presidentas de Euskal Etxea y de la asociación Gernika, Ainhoa Añorga y Constanze Lindemann, al igual que el exlehendakari Juan José Ibarretxe (hoy «alma máter» de Agirre Lehendakari Center) y la nieta de Agirre, Amaia, también en representación del centro que lleva el nombre de su aitona. Ya por la noche, la Euskal Etxea acogió un acto sobre el papel del Gobierno de Euzkadi y la creación del europeísmo. La ponencia que se desarrolló en este evento corrió a cargo del archivero de Sabino Arana Fundazioa, Iñaki Goiogana. Resaltó que la concepción de europeísmo y la política social de la democracia cristiana, defendida por Agirre y otros jeltzales, nació ya antes de la Guerra Civil. «Y se avergonzarían si pudieran ver cómo se gestiona la situación de los refugiados hoy en día», subrayó este experto. La Euskal Etxea de Berlín ha editado un mapa que recoge los lugares más emblemáticos que el lehendakari frecuentó en la ciudad, así como un pequeño folleto que, aparte del programa de actos de estos días, relata la vida del carismático líder abertzale. La semana se completa con otras actividades como una sesión denominada «Agirre en las artes».I.N.