2016 IRA. 23 Jonás Trueba apuesta por «reconquistar» sentimientos «La reconquista» es una película sin artificios, alejada de lo desmesurado, en la que se cuenta la historia de dos personas que se reencuentran quince años después para recordar su primer amor. A pesar de lo sencillo del guion, mantiene la tensión hasta el final. Nagore BELASTEGI DONOSTIA A Jonás Trueba una vez le dijeron que era raro que en una de sus películas unos jóvenes se pusieran a hablar de un libro en medio de una comida. En cambio, no sorprende tanto que «se pongan a dar tiros y maten a ocho», comentó en la rueda de prensa sobre su nueva película, “La reconquista”, que compite en Sección Oficial. «El cine no tiene por qué ser desmesurado. No tiene por qué haber tiros y monstruos ni se tiene que follar desmesuradamente. A mí eso no me pasa. Yo quería jugar con la mesura», aseguró. Sin embargo, a pesar de la sencillez del guion y de la propia película en la que se narra un reencuentro de un chico y una chica quince años después de su primer amor, Trueba ha tratado de mantener la tensión hasta el final, «aunque realmente no esté pasando nada». «Tenía interés en hacer una película que quedara suspendida en algunos momentos. Hoy en día el público quiere saber qué va a pasar a los 10 minutos», aseguró. Y en su película ni siquiera los actores sabían qué iba a pasar, porque fueron descubriendo la historia a medida que rodaban e incluso ellos mismos construyeron los personajes. «Mi deseo es hacer que la película sea genuina, y para eso hay que trabajar con gente genuina», dijo el director alabando a los actores y al equipo técnico del que se ha rodeado. De ese modo persigue su objetivo de que «no parezca real, sino que sea real». Para conseguir ese efecto los silencios tienen una parte importante en los diálogos. Tal y como explicó el actor Francesco Carril (Olmo) «cuando ya no hay palabras, no queda nada más que decir, te quedas el silencio. Para mí el silencio es mucho más elocuente que las palabras. A mi parecer, cuando había silencio hablábamos del pasado». También la actriz Aura Garrido (Clara) apostó por los silencios: «Me gusta que se trabajen porque forman parte de la comunicación. En la interpretación parece que solo nos enfrentamos al texto, pero en la vida real las cosas suceden, con texto o no». La también actriz Itsaso Arana (Manuela) confesó que esto le supuso un problema. «Le escribía emails a Jonás diciendo que yo no sabía cómo se actuaba eso, porque hasta el final del rodaje no sabíamos lo que pasaría», aseguró la intérprete de Tafalla. «Siempre principiantes» La música también tiene una gran importancia en la película, que cuenta con Rafael Berrio en el papel del padre de Manuela. «Entendió la película mejor que nadie. Me dijo que había escrito una acción cuando tenía mí edad y que era más o menos sobre lo mismo». Así se incluyó “Somos siempre principiantes”. Después, Trueba pidió a Berrio que compusiera otra canción, pero no sabía muy bien qué debía contar. El cantautor estuvo varios días «encerrado» en una ermita de la Rioja Alavesa y compuso “La Arcadia en flor”. De lo que se cuenta en esa canción surgió la idea de «reconquistar sentimientos y sensaciones» que le da nombre al film. Tres relaciones, tres momentos Garrido describió la trama de la película de una forma sencilla. «Se describen tres relaciones en tres momentos diferentes. Los adolescentes se conocen, después de adultos se reencuentran y luego esta la relación que tienen Olmo y Clara, que ha durado años, hay confianza y respeto. Creo que Clara le da importancia a lo que han construido juntos. Cuando le dice a Olmo que huele mal y se duche, eso es algo que solo se lo dices a alguien con quien tienes mucha confianza», comentó sin revelar nada importante. Una de esas relaciones, la de los adolescentes, está explicada en la segunda parte de la película, aunque según dijo el director fue lo primero que se rodó. «La decisión más importante fue rodar la última parte en primer lugar. Así tendríamos un diamante en bruto, un recuerdo. Pasamos mucho tiempo juntos y ellos estuvieron en el momento más torpe, que es al principio, y tuvieron mucha paciencia», comentó agradeciendo a los jóvenes Candela Recio y Pablo Hoyos. A partir de sus interpretaciones construyeron Arana y Carril la versión adulta.