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INDEFENSIÓN EN LAS PRISIONES

Estable pero grave la hija de Sara Majarenas, agredida por su padre

La hija de dos años de la presa vasca Sara Majarenas permanece en la UCI del Hospital La Fe de Valencia, estable dentro de la gravedad, tras haber sido acuchillada el domingo por su padre, expreso social que se espera hoy pase a disposición judicial. La niña vive con su madre en la prisión de Picassent y había salido a pasar unos días con él.


La pequeña Izar, hija de la presa política natural de Intxaurrondo Sara Majarenas fue agredida el domingo por su padre, un expreso social, durante un permiso de fin de semana en la localidad de Benifaió. La pareja se encuentra en trámites de separación, y madre e hija viven en la cárcel de Picassent, a 540 kilómetros de Euskal Herria, desde el año 2015. A última hora de ayer se esperaba que la madre fuera trasladada de la prisión al centro hospitalario para poder ver a la niña.

La menor, a quien su padre asestó varias puñaladas, fue operada dos veces y se encuentra ingresada en la UCI del Hospital La Fe de Valencia. Los últimos datos disponibles indican que la pequeña, que tiene el pulmón perforado y permanece dormida, se encuentra estable dentro de la gravedad. En este contexto, hay que esperar y observar su evolución durante 72 horas para dar por estabilizada su situación.

El padre fue arrestado en la localidad valenciana tras confesar haber agredido a su hija. Agentes de la Policía se trasladaron junto a una ambulancia hasta la casa y tras derribar la puerta encontraron a la menor consciente y con heridas de arma blanca en tórax y espalda. En un primer momento fue trasladada al hospital de La Ribera, donde fue intervenida quirúrgicamente. De allí fue derivada a la UCI pediátrica de La Fe.

Durante su estancia en la unidad de cuidados intensivos se espera que la madre pueda visitar a la niña todos los días durante un intervalo corto de tiempo dada su delicada situación. Una vez en planta, la intención es que Majarenas sea trasladada como presa para poder permanecer de forma continua junto a Izar.

La agencia Efe informó, citando fuentes cercanas a la investigación, que el suceso se produjo sobre las 10.30 horas del domingo, cuando el hombre entró en el retén de la Policía Local de Benifaió y aseguró que había matado a su hija. Agentes de la Guardia Civil y la Policía Local se trasladaron entonces hasta el domicilio, donde, al no obtener respuesta, tuvieron que hacer un agujero en la puerta para poder entrar. La niña fue hallada consciente aunque con graves heridas. El padre permanece detenido a la espera de pasar, previsiblemente hoy, a disposición judicial como presunto autor de un delito de intento de homicidio.

Hasta los tres años en prisión

La menor cumplirá tres años en marzo y entonces abandonará la prisión por ser el límite de edad establecido para que los niños puedan residir en prisión junto a sus madres, mientras que se prevé que Majarenas sea puesta en libertad en abril de 2018 tras cumplir íntegramente la condena de 13 años y dos meses impuesta en 2007. La familia se encuentra inmersa en los trámites para hacerse cargo de los cuidados de la menor una vez abandone la cárcel hasta que su madre sea puesta en libertad.

Tras trascender lo ocurrido, desde Etxerat denunciaron los hechos y destacaron el sufrimiento añadido de Majarenas por su condición de presa, sometida a la dispersión y el alejamiento. «No es difícil imaginar cómo habrá sido para esa familia los casi 600 kilómetros de angustia, de dolor y de impotencia que, obligadamente, recorren cada semana. No es difícil imaginar cómo se vive en el estrecho espacio de una celda la peor de las situaciones para una madre; cómo se vive la angustia de los trámites burocráticos eternos, mientras pasan las horas lejos del lugar en el que tiene todo el derecho a estar: al lado de su hija», declararon Naike Díez y Patricia Vélez en una comparecencia junto a más familiares en Donostia. En este contexto, trasladaron su apoyo, cariño y solidaridad a la familia.

Destacaron asimismo que la ciudadanía ha asistido una vez más «a la más cobarde muestra de la violencia machista: la que se ejerce consciente y calculadamente sobre niños y niñas con intención de dañar a su madre».

Petición de libertad

Los hechos provocaron la repulsa, asimismo, de EH Bildu, que en un comunicado declaró que «redoblará esfuerzos para conseguir la puesta en libertad condicional de Majarenas para que, atendiendo al interés supremo de la niña, madre e hija puedan estar juntas, en la calle».

En ese sentido, la coalición subrayó que Majarenas tiene cumplidas las tres cuartas partes de su condena y que debía estar excarcelada hace tiempo. «Estamos, por lo tanto, ante un caso muy grave. Sara Majarenas y su hija son doblemente víctimas: de la política de dispersión y de la violencia machista», apuntó. Según señaló, «la cruel política penitenciaria que se aplica ha impedido que Majarenas y su hija estén juntas, en la calle, con sus personas allegadas».

En esta línea recordó la manifestación del pasado sábado en Bilbo, en la que decenas de miles de personas reclamaron el fin de las situaciones injustas que viven los presos. «Unas pocas horas han sido suficientes para observar las consecuencias de la aplicación de esta cruel política penitenciaria», añadió.

Sortu también incidió en la exigencia de libertad para Majarenas: «Sara y su hija han estado dispersadas a 700 kilómetros de nuestro país. Entendemos que esta situación tiene que finalizar. Hoy, exigimos que Sara y su hija estén cerca de sus familiares y amigos para poder afrontar en las mejores condiciones posibles la terrible agresión y sus consecuencias», destacó en una nota de prensa.

Ante este nuevo caso de violencia machista, la formación manifestó su denuncia y advirtió que «no estamos ante un caso aislado sino ante las consecuencias que se derivan de las relaciones de dominación entre hombres y mujeres, y más concretamente del patriarcado».

Ambos grupos se adhirieron a las movilizaciones convocadas.

 

Con tres cuartas partes de la condena cumplida, Majarenas debía estar ya en libertad

Sara Majarenas fue detenida en 2005 en Valencia y condenada a 13 años y dos meses de prisión dos años después, en 2007. Atendiendo a la legislación ordinaria, la presa donostiarra debía estar en libertad dado que ha cumplido ya las tres cuartas partes de la pena impuesta. Sin embargo, el Estado español persiste en su lógica vengativa aplicando políticas excepcionales cuando se trata de presos vascos. Así las cosas y si no se da ningún cambio en la actitud de Madrid, está previsto que Majarenas recupere su libertad en abril de 2018, cuando haya cumplido íntegramente su condena. Para entonces la pequeña Izar llevará un año fuera de la prisión de Picassent donde ambas conviven ahora, ya que la normativa solo permite permanecer a los menores con sus madres hasta cumplir los tres años, edad que la niña alcanzará dentro de dos meses.

Hasta que Izar cumplió 15 meses, Majarenas estuvo presa en el módulo de madres de Aranjuez, desde donde denunció la difícil situación en la que debían subsistir. En 2015 fue trasladada a Picassent, donde se encuentran otras tres presas vascas. Según relataron los allegados de la presa donostiarra en un reportaje publicado en GARA, la vulneración de derechos en Aranjuez era constante, desde la calidad de la alimentación hasta las salidas al patio de los niños y las niñas. A ello se suma la aplicación de la política de dispersión, manteniendo a familiares y amigos alejados y, por tanto, a los menores separados de su entorno más cercano. Estas duras condiciones marcan los primeros años de vida de los niños y niñas en prisión y, como han dejado patente los terribles hechos, exponen a las presas y sus hijos a peligros adicionales, fuera de cualquier lógica en parámetros de justicia. GARA

 

Movilizaciones de repulsa hoy en Donostia

Tras conocerse la agresión sufrida por la pequeña Izar a manos de su padre, la Marcha Mundial de las Mujeres de Euskal Herria convocó una movilización de repulsa para hoy, a las 19.30, en el Bulevar donostiarra y trasladó su solidaridad a la familia. En un comunicado, la organización reclamó que madre e hija reciban un tratamiento acorde a sus necesidades, a la vez que exigió el fin de la dispersión por los graves efectos que conlleva.

Asimismo, alertó de que la violencia machista tiene diversas dimensiones, también en la violencia contra los menores, y denunció que lo ocurrido en Valencia es un lamentable ejemplo de ello. Una violencia a la que, remarcó la asociación, hay que añadir la política de dispersión y la estructura patriarcal de las prisiones.

También el Ayuntamiento de Donostia ha convocado una concentración silenciosa para hoy, a las 12.00, en Alderdi Eder para condenar la agresión. Por la mañana, el grupo municipal de EH Bildu exigió al alcalde, Eneko Goia, que el Ayuntamiento preste a Majarenas, natural de la capital guipuzcoana, todo el apoyo que se prevé para este tipo de situaciones. «La presa intxaurrondotarra, su hija y su familia se encuentran en Valencia, lejos de casa, como consecuencia de la cruel política de dispersión. Eso no puede ser obstáculo para recibir los servicios de ayuda que como donostiarras les corresponde, estén donde estén, y más aún, en una situación tan difícil como en la que actualmente se encuentran», manifestó la coalición.GARA