GARA Euskal Herriko egunkaria

CÓMO TRANSFORMAR LOS RESIDUOS EN RECURSOS SOSTENIBLES

La empresa navarra Oleofat elabora materia para la generación de biodiésel mediante el tratamiento de subproductos oleicos. Actualmente participa en un programa para el aprovechamiento y la valorización de los restos porcinos para esos mismos fines.


Convertir los residuos en recursos es la base de la actividad que lleva a cabo Oleofat Trader. La empresa radicada en Tutera está especializada en la gestión y el tratamiento de residuos oleicos y su posterior valorización para la fabricación de biocombustibles sostenibles. Si bien la materia prima que utiliza en su actividad es de origen vegetal, actualmente participa en el programa Life-Valporc, basado en el aprovechamiento de los cadáveres porcinos para la obtención de biodiésel y fertilizantes orgánicos. Los responsables de esta sociedad limitada navarra esperan que el conocimiento generado en este contexto sirva para la diversificación de sus productos.

Life-Valporc es un programa englobado en el marco de las políticas medioambientales para el desarrollo sostenible y cuenta con el apoyo financiero de la Comisión Europea (CE). Dirigido al sector ganadero, la Asociación de Defensa Sanitaria Comarcal de Ganado Porcino coordina la iniciativa en la que, junto a Oleofat, participan la empresa soriana Pural y el centro tecnológico Cartif de Valladolid. Su objetivo es aportar una solución innovadora y respetuosa con el medio ambiente a través del aprovechamiento de los cadáveres porcinos mediante un nuevo proceso, que supone la valorización del rendimiento del animal así como la reducción de emisiones contaminantes asociadas a la actual gestión por incineración y al uso de vertederos.

La planta piloto para el desarrollo del programa se ubica en Almazán (Soria) en la que se lleva a cabo la trituración de los cadáveres de porcino y su esterilización, así como la diferenciación de grasas y harinas. Posteriormente, Oleofat acondicionará esa grasa para la producción de biodiésel, labor que realizará Cartif. La directora de I+D Laura Sánchez explica que la grasa de porcino tienen una acidez de entre el 8% y el 10%, por lo que es necesario reducir ese porcentaje. «Estamos desarrollando tecnologías encimáticas que permiten reducir la acidez hasta el 3%, idónea para producir biodiésel, mediante una reacción bastante suave de temperatura y poco agresiva con el medioambiente, ya que genera pocos residuos». Además, la propia empresa navarra analizará si el biodiésel obtenido en el proceso se adapta a la normativa de comercialización.

Desarrollo y diversificación

Llevan un año trabajando en el proyecto Life-Valporc y gracias a él están generando conocimiento y desarrollos que tratarán de aplicar en otras líneas de negocio, para «poder sacar un mayor rendimiento y poder abrir el mercado». Actualmente su materia prima son los residuos y subproductos oleaginosos de origen vegetal, provenientes del aceite de oliva, colza o soja. «Las empresas aceiteras lo refinan con tratamientos físicos o químicos, y ese subproducto –jabones y ácidos grasos, respectivamente– es lo que nos llega», detalla la directora. Oleofat lo trata quitando las impurezas y el agua para conseguir un aceite adecuado para la industria del biodiésel. Esa es la actividad principal de la empresa que también comercializa los lodos orgánicos –o fondos de tanque– que se generan en el proceso de limpieza, utilizados para la fabricación de biogás.

Están organizando una nueva división dirigida a la diversificación de su producto final hacia mercados como la alimentación animal, la cosmética y la industria oleoquímica. A nivel de laboratorio están aplicando las reacciones encimáticas para, por ejemplo, enriquecer las grasas para después extraer el ácido que podrá venderse a esas industrias o transformar las grasas en unas proporciones concretas de monoglicéridos, diaglicéridos o triglicéridos para su uso como suplemento en piensos animales. Para dar cabida a estos nuevos procesos han ampliado sus instalaciones, duplicando su capacidad. El equipamiento ya está montado y Sánchez cree que la planta puede estar operativa en uno o dos meses. «A nivel de laboratorio ya tenemos mucho desarrollo hecho; sería hacer el escalado de los resultados de laboratorio a planta industrial y analizar qué ocurre y si es viable desde el punto de vista económico. Para verano podría estar todo implementado».

De este modo esperan que Oleofat, perteneciente a un grupo de inversores de Bizkaia, siga creciendo. De acuerdo a los datos dados a conocer en marzo, la empresa cerró el ejercicio pasado triplicando su facturación respecto a 2015, año en el que inició su actividad; y su plantilla ha crecido de 5 a 15 trabajadores. En febrero dio entrada a 4.000 toneladas de subproducto oleico y produjo 1.400 toneladas de materia apta para la generación de biodiésel, llegando a exportar hasta un 32% de su producto final.