GARA Euskal Herriko egunkaria

EH Bildu ofrece «unidad nacional y democrática» ante la deriva estatal

EH Bildu certifica un antes y un después tras este 155 que conlleva «de facto la liquidación del Estado de las Autonomías». Y pide actuar en consecuencia, dando prioridad a una «unidad nacional y democrática». «La gravedad del momento exige estar a la altura por encima de nuestras diferencias», apunta la declaración leída por Arnaldo Otegi.


Arnaldo Otegi ha comparecido varias veces estos dos últimos meses en la misma sala de prensa de EH Bildu en Donostia para valorar el pulso entre Catalunya y el Estado, pero la rueda de prensa de ayer era diferente ya de entrada. El coordinador general se rodeó de otros miembros de la Mesa para leer con cierta solemnidad una declaración que fija posición y tiende la mano a acuerdos nacionales y democráticos en un momento que se considera «gravísimo».

EH Bildu toma la iniciativa ante unos sucesos que se centran en Catalunya pero impactan también en Euskal Herria dado que suponen «la liquidación del Estado de las Autonomías y el fin del régimen del 78 tal y como lo hemos conocido hasta ahora». Se compromete en este contexto a intensificar los contactos para lograr una fórmula de «unidad nacional y democrática» que supere las actuales diferencias partidistas. «El momento exige estar a la altura» y «esa es la prioridad», remarcó Otegi.

Emplazan a ello a todos los que defiendan la soberanía y la democracia en Euskal Herria, entre los que incluyen a sectores políticos, sindicales, sociales y también económicos. EH Bildu remarca que esta unidad es imprescindible toda vez que ya se ha constatado que los partidarios de la «contrarreforma» española han hecho su propia síntesis para ejecutar el artículo 155 de la Constitución en contra de Catalunya.

EH Bildu entiende que «no cabe mantener políticas de alianza» con quienes impulsan ese fin de la autonomía, en clara alusión a los acuerdos del PNV con PSOE sobre todo y también puntualmente con PP. Incide su declaración en que no cabe abordar la situación creada «desde la ambigüedad» ni con «medias verdades» dado que «nuestros derechos nacionales y sociales y nuestras libertades democráticas están en juego». Y añade a ello que no existe opción de bilateralidad si no es entre «dos pueblos o dos estados soberanos».

La declaración leída por Otegi –junto a Maddalen Iriarte, Arkaitz Rodríguez, Pello Urizar y Oskar Matute entre otros– ve confirmada además la afirmación reiterada de EH Bildu de que «no hay margen para democratizar el Estado español. La confluencia de PP, PSOE y C’s conforma un bloque que lo hace imposible». El mensaje de Felipe de Borbón tras el referéndum del 1-O se interpreta desde EH Bildu como una maniobra destinada a «disciplinar el bloque político, empresarial, social y mediático que diera soporte a una auténtica contrarreforma, que solo puede depararnos un escenario de autoritarismo, recorte de libertades y desprecio a nuestra realidad nacional».

Movilización por Catalunya

Además de reiterar su «absoluta disposición a buscar marcos de encuentro y entendimiento», EH Bildu anuncia el impulso y participación en cualquier iniciativa solidaria con Catalunya y sus instituciones.

Otegi abrió esta comparecencia recordando a los líderes de ANC y Òmnium Cultural encarcelados una semana antes, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart.

 

Urkullu interpela a la UE desde «The Guardian»

‘‘The Guardian’’ publica hoy una carta de Iñigo Urkullu que adelantó ayer en su edición digital, y en la que reflexiona sobre la dimensión europea de la demanda de soberanía en Catalunya y en Euskal Herria. Augura el lehendakari de la CAV que «el resultado de la crisis de Cataluña tendrá efectos en el conjunto de la Unión. Nos encontramos ante un conflicto político de dimensión europea que demanda una solución de diálogo, negociación y acuerdo. Una solución que permita conciliar realidad y realismo, legalidad y legitimidad, voluntad de libre adhesión en Estados compuestos en diferentes realidades nacionales en una fórmula de unión voluntaria».

Refiriéndose a la situación en el Estado español, dice Urkullu en este artículo que «desde el primer día de mi mandato trasladé al jefe del Estado y al presidente del Gobierno español la necesidad de abrir una reflexión conjunta, compartida, sobre el modelo de relación y articulación territorial acordado en 1978, a la salida de la dictadura». Lamenta que «esta reflexión no se ha acometido» y añade que «no puedo entender, ni compartir, la forma de gestión de la crisis en relación hace más de una década al País Vasco [en alusión clara al Plan Ibarretxe] y ahora a Catalunya».

Tras reivindicar los modelos de «resolución civilizada, constructiva y democrática de una discrepancia» utilizados por el Reino Unido con Escocia y Canadá con Quebec, el lehendakari de la CAV intenta hacer ver a la Unión Europea que «las naciones europeas somos parte de la solución». Se remonta para ello a la participación de una delegación vasca en la Conferencia de las Nacionalidades de Lausane en 1916, hace justo un siglo, y acaba planteando que en la actual UE «el protagonismo político y decisorio se comparta con los pueblos y naciones que integran Europea».