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IKUSMIRA

El saqueo de los museos


El saqueo del Museu de Lleida, con nocturnidad y alevosía, podría pasar por una noticia curiosa si no fuese porque demuestra perfectamente hasta qué punto llega la hipocresía de algunos gobernantes empeñados en tapar sus miserias con supuestas acciones benéficas.

Desconozco cuál es el lugar que legítimamente debe acoger el tesoro de Sijena, pero se me ocurre que ese arrebato justiciero de algunos gobernantes podrían aplicárselo a ellos mismos.

Me explico. Las piezas que componen el tesoro de Sijena no se encontraban solo en Catalunya. Hay obras de arte de este monasterio aragonés desperdigadas por distintos museos españoles, empezando por el madrileño de El Prado, que guarda un fragmento del retablo mayor del monasterio adquirido en subasta. Otros fragmentos se encuentran en el museo de Santa Cruz de Toledo, y el museo de Zaragoza tiene una caja sepulcral de Sijena. ¿Por qué solo devuelven las que estaban en Lleida?

Fíjense hasta qué punto llega la hipocresía que este mismo lunes el rey Felipe VI inauguraba el museo Ibero de Jaén, el único del mundo dedicado exclusivamente a esta cultura, sin la presencia de la pieza emblemática de los íberos, la Dama de Elche, que el Museo Arqueológico Nacional se negó a trasladar para tan importante acontecimiento.

Por no hablar del “Guernica”, que sigue en el Reina Sofía o de las decenas de símbolos e ikurriñas de los batallones vascos incautados por los franquistas, que no han sido devueltos a sus legítimos propietarios y que siguen exhibiéndose en museos como el de la Legión de Ceuta. ¿A quién pretenden engañar?