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EL GRAN SHOWMAN

El legendario P. T. Barnum canta y baila


En la temporada de los Óscar no puede faltar la consabida película musical, máxime cuando el pasado año la gran triunfadora fue “La la land” (2016), producción de la que “El gran showman” toma precisamente a la oscarizada pareja de compositores de canciones formada por Benj Pasek y Justin Paul. Esto ha contribuido a que “The Greatest Showman” cuente con tres nominaciones a los Globos de Oro, incluyendo la de Mejor Película Musical.

Pero el mayor valedor de este biopic musical consagrado a la figura del legendario Phineas Taylor Barnum es Hugh Jackman, por la capacidad que el actor australiano demuestra una vez más para el género, cantando y bailando con mucha brillantez. Poco importa que no se parezca al verdadero personaje histórico del siglo XIX, porque la película está planteada como una fantasía coreografiada que idealiza los hechos protagonizados por el que fuera uno de los empresarios del espectáculo pioneros. En el pasado los actores que lo interpretaron se ajustaron a su perfil real, en el cine Wallace Beery, Burl Ives o Roger Ashton-Griffiths; en la televisión Burt Lancaster o Beau Bridges. El P. T. Barnum que ahora se nos presenta es un soñador, sin nada que ver con el estafador que seguramente fue. Lo que no quita para que sea reconocido como fundador del legendario circo Ringling.

“El gran showman” cuenta que Barnum ya tenía la idea de la troupe circense metida en la cabeza desde el principio, por eso se atrevió con una inusitada oferta teatral compuesta por artistas que eran fenómenos de feria, y que sufrieron inicialmente la discriminación y persecución generales. El estudio Fox no ha desdeñado en gastos, al dedicar un presupuesto de 84 millones de dólares a recrear aquel ambiente artístico que hoy identificaríamos como decadente. Y se la ha jugado con el debutante Michael Gracey.