GARA Euskal Herriko egunkaria
CRÍTICA «Antonio López, apuntes del natural»

La verdad está antes que la estética


Nicolás Muñoz Avia es hijo de los pintores Lucio Muñoz y Amalia Avia, amigos personales de Antonio López, por lo que se entiende que haya podido tener acceso directo al artista manchego y su obra. El documental se nutre de esa proximidad, dejando entrever una relación natural y nada forzada, que permite abordar la cotidianidad de un pintor al que no es fácil seguir en su trabajo diario, dado que vive en una realidad temporal paralela a la del resto de los mortales. El tiempo lo condiciona todo en el proceso creativo de Antonio López, que puede tardar en terminar un cuadro un año o incluso más. Tal es el grado de perfeccionismo que se exige, y no hay cineasta que se atreva a interferir en esa lenta y pesada rutina pictórica. Como Nicolás Muñoz Avia le conoce bien, iba rodando sin molestarle, le visitaba con las cámaras de vez en cuando, dejando largos periodos entre sesión y sesión.

El artífice de este proyecto es consciente en todo momento de su modestia, al tratarse de un audiovisual de poco más de una hora destinado a la televisión, y con un estreno cinematográfico limitado, que por suerte llega a Bilbo. De ahí que nunca intente competir con la obra maestra de Víctor Erice “El sol del membrillo” (1992), que tan bien supo ahondar en el empleo del tiempo como medio para atrapar la luz. Es el propio López el que afirma que a sus 83 años todavía no ha sido capaz de ver entera la película, y que tal vez tenga que esperar a cumplir los 90.

Su discurso teórico sigue siendo el mismo de entonces, fiel al maestro Velázquez en su creencia de que la verdad esta antes que la estética, tal como se lo hace saber a sus aprendices, con los que se llega a mostrar en algún caso inflexible. Dicho tesón le viene de su resistencia en los años 70 y 80 en favor del hiperrealismo, frente a la casi totalidad de colegas que abrazaban la abstracción, o la figuración. Hay que ser muy estricto para tomar apuntes del natural y trabajar sobre lo que uno ve, no sobre lo que pueda imaginar. López trabaja en el mismo bando que los cineastas neorrealistas, conforma una manera de ser austera que le lleva a desmarcarse de las prisas y demandas del mercado.