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Lakua dice que estudiará su posible entrada en Euskaltel

El contexto electoral parece haber empujado al Gobierno de Iñigo Urkullu a realizar declaraciones en torno a Euskaltel que contradicen su actuación cuando se trata de apoyar a empresas en dificultades.


El lugar y el momento elegido para hacer el “anuncio” indican que las declaraciones que realizó ayer Arantxa Tapia sobre una eventual entrada del Gobierno de Lakua en el accionariado del Grupo Euskaltel son fruto de un improvisado toma y daca en campaña electoral más que de una reflexión seria enmarcada en una estrategia de fondo.

La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras no asumió ningún compromiso, limitándose a indicar que el Ejecutivo analizará la posibilidad de entrar en el capital de Euskaltel, «con un mínimo», en el caso de que «su presencia sea requerida para garantizar una serie de aspectos». Lo hizo en un acto que había convocado su departamento, en Donostia, para analizar la situación del proyecto del TAV. Desde que, el martes, el fondo británico Zegona notificara que se ha convertido en el accionista mayoritario de Euskaltel, al elevar su participación hasta el 20,94%, el Gobierno de Urkullu y Kutxabank –que hasta ahora era el primer accionista– han recibido críticas por la gestión que está realizando la dirección de la operadora vasca. Críticas que han llegado desde la oposición política, desde la patronal Cebek (Confebask) y desde los sindicatos.

La consejera dijo que el Ejecutivo «siempre» ha contemplado la posibilidad de entrar en el accionariado de empresas vascas «teniendo en consideración el proyecto que se ponga sobre la mesa y lo que se valore en el consejo de administración».

No obstante, Tapia recordó, como hizo el miércoles el lehendakari, que los estatutos de Euskaltel establecen que determinadas modificaciones, entre ellas el cambio de sede social, requieren que sean aprobadas por el 75% de los accionistas en una junta general, «y eso no es fácil de conseguir».