Voten, lo vendemos barato

Ganar las elecciones a cualquier precio se está convirtiendo en una desorientación ideológica que no sé hasta dónde va a llegar. Algunas actuaciones me recuerdan una canción del cantautor Patxi Andion, titulada, “Una, dos y tres”. Dice así: «Esto es el rastro señores, vengan y anímense, lo vendemos barato, somos todo lo honrados que usted quiera creer, se revenden conciencias, le cambiamos la cara, le compramos a usted...». Esta canción, escrita en 1973, le viene que ni pintada a todos los partidos que, al hablar sobre inmigración, copian los discursos xenófobos de la extrema derecha para lanzarse a la caza desesperada de votos, consiguiendo con ello que los mensajes populistas de tinte racista se conviertan en algo habitual y asumible en democracia, mientras los valores de izquierda se convierten en un pasado que hay que revisar, adaptar y no repetir. El miércoles el centro izquierda de Dinamarca ganaba las elecciones generales con un 49,1% de los votos. Según los analistas el éxito se debe a que los socialdemócratas han hecho suyo el discurso antiinmigración y han vendido a los daneses lo que querían oír, que sus impuestos no servirán para mantener inmigrantes. Las urnas se habrán llenado de votos socialdemócratas, pero, tristemente, sus principios están, como en el rastro, en plena liquidación.