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AZKEN PUNTUA

Racismo negro


Francia-Albania. Fútbol. Suena el himno francés, la marsellesa, esa que hay que aprender antes de saber andar. Suena el himno Albanés. Vaya, suena pero no es el albanés, sino el himno de Andorra. Para arreglarlo, el speaker presenta sus excusas a los seguidores del equipo de Armenia. El ridículo es total, pero da igual, es la República, es la gran Nación que acaba de organizar el G7 más sensacional de los últimos tiempos. ¿Alguien entre los franceses sabe por dónde queda Albania? Pues eso. Poco importa.

Además, se les gana por 4-1. Somos los mejores. ¿Los mejores? El campeón del mundo Lilian Thuram lo pone en duda. Entrevistado en Italia y cuestionado sobre los gritos racistas contra el delantero del Inter Lukaku, responde simplemente que el fútbol no es racista, que la que es racista es la sociedad italiana, «como lo es la francesa, la europea y de manera general la cultura blanca» y que el racismo existe como existe la homofobia o como existe el sexismo. Y estalla la polémica. Francia no es ni xenófoba. Cómo se atreve ese mono. Porque el racismo, como dice un conocido comentarista níveo del Canal plus, si existe es negro y antiblanco: que vaya Thuram a ver algún partido de infantiles, a ver si además del portero encuentra a algún caucásico en esos equipos. Fin de la historia. Pongamos algún himno de algún país de mierda y que siga la fiesta.