2019 AZA. 07 «PEPSI», la iniciativa europea frente a Visa y Mastercard ¿Qué pasaría si las ciudadanas y ciudadanos europeos pudieran pagar sin utilizar la Visa, Mastercard o cualquier otro gigante tecnológico extranjero? Veinte bancos europeos, apoyados por el BCE, están trabajando entre bambalinas sobre este asunto, que se ha convertido en estratégico con el incremento de las tensiones político-comerciales. GARA PARÍS Bajo un nombre en clave que ha sido elegido en plan de broma, “PEPSI” –por Pan European Payment System Initiative–, una veintena de entidades bancarias, entre ellas las más potentes de Europa, reflexionan desde hace unos meses sobre la creación de un sistema de pago puramente europeo, según han confirmado a AFP cuatro fuentes implicadas en este proyecto. Carlo Bovero, responsable mundial de tarjetas y pagos minoristas de BNP Paribas, aludió implícitamente a esta iniciativa el martes durante una conferencia organizada por “Revue Banque”, al mencionar «un proyecto muy serio» compartido por bancos «que representan a una gran parte de Europa». Al tratarse de un tema especialmente delicado, ninguno de los grupos financieros consultados por la citada agencia quiso comentarlo de manera oficial. No obstante, según confirman diferentes fuentes, están implicados en esta iniciativa bancos de la Eurozona; en concreto, de Italia, Alemania, Estado francés, Países Bajos, Bélgica, Portugal y el Estado español. El objetivo es desarrollar un mecanismo estándar de pago instantáneo capaz de administrar todas las formas desmaterializadas de abono, ya sea por tarjeta de crédito o débito, giro, pago bancario automático o móvil. PEPSI apuesta a lo grande, ya que estaría destinado a absorber al menos el 60% de los pagos electrónicos en el continente europeo. Su origen se encuentra en «las órdenes provenientes del BCE, que, durante 2017, preocupado por la soberanía de los pagos, explicó que vería con buenos ojos que nos ocupemos del tema», confió a AFP una fuente bancaria francesa que no quiso relevar su identidad. Dependencia de EEUU «La soberanía de los pagos no existe en Europa», concluye este banquero tras recordar el dominio que ostentan Visa y Mastercard. «Estas redes internacionales de tarjetas o las iniciativas de las grandes sociedades de pago chinas están ahí, están organizadas, mientras que no ocurre lo mismo en Europa», incidió. En este contexto, algunos observadores se muestran preocupados por la creciente influencia de las empresas chinas Alipay, UnionPay y WeChat Pay, que ven en Europa una tierra fértil para echar raíces en el mercado internacional. «Basta con que un presidente estadounidense enojado tome la decisión de cortar los pagos y, entonces, se verá nuestra dependencia», indicó otro banquero consultado por la agencia AFP. En el año 2010, las sociedades Visa, Mastercard, Paypal y Western Union boicotearon el portal Wikileaks de Julien Assange, después de que publicara documentos diplomáticos estadounidenses clasificados, y lograron asfixiarlo económicamente. Tras la anexión de Crimea por Rusia en 2014, Visa y Mastercard cortaron temporalmente sus servicios con los bancos rusos a causa de las sanciones adoptadas por el Gobierno estadounidense. Desde entonces, Moscú ha desarrollado su propio sistema de pagos. Este no es el primer ensayo que realizan los bancos europeos. Una iniciativa muy similar, el proyecto Monnet, fue lanzada en 2012 sin éxito, al estrellarse contra la incertidumbre económica y las reticencias de la Comisión Europea, hostil a cualquier movimiento que pudiese recortar la libre competencia. En esta ocasión, el sector bancario espera un resultado mejor. «No se puede decir ‘hace falta abrir el terreno de juego’ y al mismo tiempo imponer a los bancos que sigan siendo nacionales», señaló un supervisor francés. «Los bancos están dispuestos a invertir, no tienen una visión cortoplacista, pero es necesario ofrecerles una perspectiva de recuperación de su inversión a largo plazo a través de un modelo económico viable», precisó una experta del sector bancario implicada en el proyecto PEPSI. El coste del proyecto se estima en varios miles de millones de euros, incluyendo el cambio de al menos 400 millones de tarjetas en Europa, así como las migraciones tecnológicas. En diciembre, los bancos europeos deberán decidir si continúan adelante con el proyecto, presentado de manera no oficial a los gobiernos concernidos. Mientras tanto, el BCE y la Comisión Europea están realizando un estudio de viabilidad. «MUY SERIO»Aunque el acrónimo de «Pan European Payment System Initiative», PEPSI, se ha elegido como una broma para esta fase inicial, este es «un proyecto muy serio» en el que están implicados muchos de los grandes bancos de la Eurozona.