2020 MAR. 08 IPURUA Un chasco monumental El Eibar cae derrotado en casa ante un Mallorca que jugó mejor y que recorta a sólo dos puntos su desventaja con los azulgranas. Amaia U. LASAGABASTER EIBAR 1 MALLORCA 2 En sólo una semana, Ipurua ha pasado de disfrutar con la jornada perfecta a volver a inquietarse con un futuro oscurecido por nubarrones como los que ayer descargaron litros y litros de agua sobre el campo armero, tan grises como el propio juego de un equipo que poco o nada tuvo que ver con el que una semana antes derrotaba al Levante. Tan lamentable fue lo de ayer que hasta terminó en tangana. Nada del otro mundo, un par de empujones, unos golpes de pecho y algún intercambio poco amistoso de impresiones, pero sobre todo un buen reflejo de lo mucho que se juegan algunos equipos y del poco margen que les va quedando para corregir sus errores. Un poquito más de lo primero y un poquito menos de lo segundo en el caso del Eibar tras golpe que le dio el Mallorca. Un chasco monumental, funestamente perfecto: el partido de los azulgranas fue malo al margen de sus consecuencias, y estas son aún peores. Sobre todo al compararlas con lo que habría supuesto la victora del Eibar, al que, además de descolgar a un rival, le habrían quedado doce jornadas para sumar tres victorias. Ahora tendrán que ser al menos cuatro victorias en once jornadas, después de que el Mallorca se llevara los puntos, acercándose a dos y asegurándose el gol-average particular. Y de forma totalmente merecida porque, exceptuando el cuarto de hora previo al descanso, nunca pareció que el Eibar pudiera llevarse algo mejor que el empate y eso confiando siempre en el desacierto, infortunio o nerviosismo de un rival, que por algo era el único de Primera que todavía no había podido ganar lejos de su estadio. El Eibar había saltado al campo con un solo cambio, Dmitrovic por Yoel, respecto al once de la semana anterior pero pronto se vio que los parecidos acababan ahí. Responsabilidad, en gran medida, de un rival cuyo principal objetivo fue proteger a su portero y supo cómo hacerlo. Con tres centrales y las líneas muy juntas tejió una maraña delante de Manolo Reina en la que no se habría hecho hueco ni Eduardo Manostijeras. Los azulgranas, desde luego, no pudieron. Con Pedro León y Orellana muy poco inspirados, y Enrich y Charles permanentemente rodeados de uniformes blancos, la primera media hora sólo dio opción de ilusionarse con un lanzamiento de falta de Cote que Reina despejó junto a la cruceta y de felicitarse por que la inactividad de enero y febrero no haya mellado el rendimiento de Paulo, salvador ante un par de escapadas rivales. Porque, eso fue lo peor, el Mallorca no sólo defendió con orden y contundencia, sino que además añadió el extra competitivo para convertir las posibles segundas jugadas rivales en salidas a la contra propias. Cuando mejor, lo peor Superada la media hora pareció que no iba a ser capaz de aguantar con su plan, ante un Eibar que subió un puntito la intensidad. Pero justo entonces llegó el gol. Arbilla, que curiosamente fue uno de los mejores del partido, cometió una falta y encima se tragó el lanzamiento de Dani Rodríguez que, como en el partido de la primera vuelta, abría el marcador. Si con el empate inicial la prioridad del Mallorca había sido no encajar, qué decir cuando se vio con ventaja. Más concentración, más contundencia, en ocasiones excesiva, y más pérdidas de tiempo que el árbitro no supo cortar. José Luis Mendilibar probó a buscar otros caminos. Saltaron al campo Expósito y De Blasis por Pedro León y Diop, bastante desafortunados ayer, pero el partido no cambió demasiado. El Eibar rascó alguna ocasión a balón parado y algún remate que rara vez se acercó a puerta, con los rivales siempre atentos para cruzarse. Y, de nuevo, fue el equipo balear el que se veía más cerca del gol, aunque sus salidas a la contra pudieran contarse con los dedos de una mano. Take y Cucho dieron dos avisos serios y, a un cuarto de hora del final, acertó el japonés con un disparo raso y cruzado desde la frontal del área que tocó en la base del palo antes de entrar y dejar sentenciado el partido. A falta de juego, el Eibar al menos tuvo temperamento, aunque sólo le sirviera para maquillar el marcador. Bigas, ya ubicado arriba, cabeceó un centro de Orellana. Pero ya se había cumplido el noventa y la única consecuencia fue el recrudecimiento de la tensión con una tangana que no fue a más y que no evitó lo peor, la derrota. Mendilibar admite que el rival hizo «un buen partido» Pocas objeciones hubo a la victoria del Mallorca, que planteó un buen encuentro en materia defensiva y supo aprovechar sus ocasiones. Reconocía José Luis Mendilibar que «hemos perdido un partido importante para los dos. Lo han ganado ellos y hay que felicitarles porque creo que han jugado bien. Han sido duros atrás, han estado seguros, y además han salido hacia arriba y han creado peligro. Han hecho un buen partido». Explicaba el técnico que «normalmente cuando el rival nos da el campo y el balón nos cuesta. Hoy nos ha costado, sólo hemos tenido unos diez minutos buenos. En la segunda igual juego no pero sí hemos tenido algunos remates. pero siempre aparecía algún defensa, ni siquiera el portero que casi no ha tenido que hacer paradas». Aunque el Mallorca dejó claras sus intenciones desde el principio, Mendilibar reconoció que «ante esas cosas también hay que saber jugar. En el primer tiempo nos ha faltado dar más amplitud al campo, anchar el campo, para que por lo menos con sus carriles sufrieran un poco más en defensa, para poder hacer más daño con dos jugadores por banda. Pero nos ha costado sacar centros». Además, el rival estuvo muy atento «en las segundas jugadas. Las ganaban ellos y nos hacían correr mucho hacia nuestra área». Y, por si fuera poco, «han estado acertados para aprovechar sus momentos y nosotros no». La consecuencia es un rival directo más vivo y una clasificación que vuelve a apretarse. Aunque no tanto como para hablar de urgencias y finales. «Mientras estmos fuera del descenso queda margen de error –aseguró–. Podemos fallar y que fallen los demas o incluso que no fallen y seguiríamos en la pelea. El que piense que porque llevamos seis años en Primera hay otros candidatos al descenso está equivocado, nosotros siempre estamos en ese bombo. Si salenlas cosas bien y a otros no les salen, podemos estar un poco más holgados. Pero nuestro bombo es este y no creo que estemos en un momento crítico como para decir que el próximo partido es una final».A.U.L. SIN DESCANSO El Eibar recibe el martes a la Real (20.00) para disputar el partido aplazado de la 24ª jornada y sólo tres días más tarde, el viernes (21.00), visitará al Real Madrid.