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NEKANE BALLUERKA
RECTORA DE LA UPV-EHU

«Estamos al servicio de la sociedad y nuestro test puede aportar mucho»

Desde 2007 Nekane Balluerka (Ordizia, 1966) dirige ese gran trasatlántico que es la Universidad Pública del País Vasco y ahora afronta el que probablemente sea su mayor reto en este recorrido: ofrecer a la sociedad las vías hacia la salida de la crisis.


Reinventarse o morir. Quizás sea un buen principio rector en tiempos de coronavirus. La rectora de la UPV-EHU, Nekane Balluerka, habla con ambición de la aportación que la universidad pública puede hacer para enfrentar una crisis como la actual. Los test desarrollados por sus investigadores son una muestra de ello. Pero confía en una salida colectiva y que responda a las prioridades de la sociedad, y para ello reivindica la colaboración institucional.

Una crisis como la generada por la pandemia del Covid-19 nos plantea grandes retos como sociedad. ¿Cómo irrumpe en la universidad?

Esto irrumpe como algo completamente imprevisto. Nunca nos habíamos enfrentado a un cambio tan radical y que ha exigido una respuesta tan inmediata. Es una crisis muy dinámica y, además, concurren muchas variables. Exige una inmediatez en las respuestas. Por lo tanto, ha irrumpido propiciando un cambio en la cultura académica y nos está obligando a reinventarnos.

¿Qué tiene la UPV-EHU para aportar en un contexto como el actual?

Tenemos todo por aportar, no quiero que suene prepotente. En investigación, en docencia, en transferencia de conocimiento tenemos grandes profesionales. Se está viendo una gran aportación que se está desarrollando ya en muchos campos. Por mencionar uno que a menudo se nos pasa desapercibido pero que creo es muy importante, el ámbito de la divulgación científica. Tenemos a nuestro profesorado todos los días en los medios y en muchos ámbitos: en microbiología, en enfermería, en medicina, en sociología, en economía, en sicología... Se está viendo la aportación de la universidad pública.

La rama de Medicina y estudios relacionados con la salud es una de sus apuestas más fuertes. En un momento como este esa apuesta por un sistema sanitario fuerte se hace si cabe más evidente. ¿Cómo lo afrontan ustedes?

Esto reafirma la necesidad de formar a buenos profesionales en el ámbito sanitario y de hacerlo desde lo público. Creo que en estas situaciones tan graves se visualiza perfectamente no solo la necesidad de un sistema público de salud y de una universidad pública, sino también de esta colaboración y vinculación entre ambas. La sanidad pública y la educación pública tienen que establecer una relación necesaria en una sociedad avanzada. En ese sentido, quiero resaltar muy especialmente el gran trabajo que están realizando los profesionales de la salud y el ejemplo que transmiten con su vocación de servicio. También quiero reivindicar la importancia de lo público como escudo para hacer frente a esta crisis. No me cansaré de decirlo.

La investigación ha sido uno de los pilares fundamentales de la universidad en los últimos años. ¿Estaba preparada la universidad para algo así?

Sinceramente creo que ninguna instancia social de nuestro país estaba preparada para una convulsión de estas características. Pero dicho esto creo que hemos reaccionado con agilidad. Nuestra investigación, sobre todo en este caso enfocada al coronavirus, porque hemos tenido que parar la investigación en muchos otros ámbitos porque no se daban las condiciones sanitarias para entrar a laboratorio, creo que ha respondido con celeridad. Siempre es mejorable, pero ello exige tener en cuenta como sociedad la necesidad de un incremento en la inversión pública. Esto nos ha enseñado que vivimos en un mundo cambiante y que estas convulsiones pueden volver a pasar, y que para hacer frente a ellas necesitamos una investigación con recursos suficientes y con buenos profesionales. Por eso reivindico el apoyo a la investigación.

Hemos visto también que vivimos en un contexto global, con lo bueno y lo malo, pero en el caso de la investigación supone ventajas porque se colabora y se llevan adelante proyectos en red. Esto da sus frutos pero hay que apoyarlo con recursos.

Los test diseñados por profesionales de la UPV-EHU han supuesto una gran aportación y han recibido el reconocimiento de entidades importantes. Tras ello hay mucho trabajo y dedicación. ¿Qué supone esto para universidad y para el país en general?

Los grupos de investigación que han desarrollado estos test han realizado un trabajo extraordinariamente valioso. Aquí han estado trabajando 55 investigadores, no solo de la Universidad del País Vasco, también Ikerbasque, del Achucarro y la Fundación de Biofísica, de Osakidetza... Lo han hecho con vocación de servicio a la sociedad. Son un ejemplo de transferencia de conocimiento al servicio del País Vasco y a la sociedad en general, porque han compartido este conocimiento con otras universidades. Ha sido un trabajo interdisciplinar e interinstitucional y yo creo que hay que felicitar. Han descubierto además una metodología novedosa, menos contaminante, menos dependiente de kits comerciales y yo creo que bastante barata. Creo que todo es positivo en este trabajo.

Llama la atención las reticencias de Lakua para manifestar una apuesta clara en esta línea liderada por ustedes. ¿Cómo interpreta esto?

No estoy en primera línea de investigación, pero por lo que me consta se está colaborando y se está colaborando bien. En estos momentos están trabajando con investigadores del Hospital de Cruces para validar el método a nivel clínico y a nivel asistencial, porque se ha validado a nivel de investigación. En estos momentos es necesario comprobar si se obtienen los mismos resultados en las mismas muestras mediante métodos distintos. Esto requiere su tiempo y yo creo que están trabajando bien. Yo espero poder firmar un convenio en breve y una vez que esté validado a nivel clínico el método empezar a hacer los test que el Departamento de Salud considere.

La universidad pública está al servicio de la sociedad y las instituciones. Creo que nuestro test puede hacer aportaciones importantes.

En este sentido, ¿de qué salud gozan las relaciones con las instituciones y el mundo empresarial?

No puedo hablar por el Gobierno, pero las instituciones creo que tenemos que mantener cauces fluidos de colaboración. Es obligación de la universidad mantener una relación fluida con la sociedad en la que se enmarca. Y de esta sociedad toman parte las empresas y el resto del tejido social.

¿Esa disposición es recíproca?

Por parte del conjunto de empresas y entidades sociales sí. Por dar un dato, al año realizamos más de mil contratos.

Esta situación interpela a muchos sectores, nos interpela como sociedad. ¿Qué otras ramas cree que jugarán un papel importante en lo que viene?

Un desafío como este moviliza a la universidad en su conjunto. Estamos realizando reflexiones en áreas muy diversas y esto es una fortaleza de la UPV. La investigación y el conocimiento de este fenómeno se va a reforzar. En esta crisis están investigando muy seriamente ciencias de la salud, pero también matemáticas, estamos haciendo modelos predictivos. Desde la sociología y economía también se están haciendo análisis muy interesantes. Sicólogos y gente del ámbito educativo e infantil, filósofos... Todas estas áreas pueden reforzar la forma en que salgamos de esta crisis.

El confinamiento ha llevado también a explorar más la formación «online». En una entrevista previa comentaba la importancia de reforzar esta vía y mencionaba los retos de la UPV-EHU. ¿En qué punto se encuentra ahora?

Hemos realizado un gran esfuerzo de adaptación en un contexto muy difícil. Hablamos de la adaptación de una institución con miles de profesores y 44.000 alumnos. No puedo ocultar que nos hemos encontrado con enormes dificultades y probablemente hemos cometido errores, pero creo que hemos sabido salvar la mayoría. Soy una persona optimista y prefiero contemplar esta crisis como una oportunidad.

¿Cómo vislumbra usted la UPV-EHU poscoronavirus?

La concibo como una institución más fuerte, más activa, con mayor capacidad de respuesta. Creo que será una universidad que habrá sabido desarrollar todo su potencial en áreas en las que ya había abierto camino pero en las que debido a esta fulgurante adaptación se ha avanzado con mayor profundidad de la que hubiésemos previsto.

Desde una perspectiva social creo que asistimos también a un fenómeno muy interesante. Ahoras somos mucho más conscientes de nuestra vulnerabilidad, en lo personal y en lo colectivo. Tenemos que plantearnos muchas cosas en nuestro modelo económico, en nuestra organización social, en nuestro sistema da valores y otras muchas áreas. Aquí también la universidad puede hacer una aportación importante. Espero que salgamos reforzadas.