2021 API. 30 CRÍTICA «Mamá María» Alá es grande, pero Isabelle Huppert no se queda atrás Mikel INSAUSTI Mi limitado conocimiento del cine y de la vida no me da para entender los misterios de Isabelle Huppert, así que necesitaré de ayuda para desentrañarlos. El primer misterio es cómo siendo tan pequeñita logra llenar tanto la pantalla, incluso en los planos más abiertos. El segundo misterio es cómo con una apariencia tan frágil emana tanta fuerza e interpreta a mujeres tan poderosas. Y el tercer misterio es el más insondable, el de la eternidad, ya que no sé decir qué edad representa su personaje en “La daronne” (2020). Se supone que en la dimensión real la actriz tiene ya 68 años, pero en la película podría oscilar entre la cuarentena y la cincuentena. Hay otros misterios, pero se resumen en su ductilidad interpretativa para dominar por igual el drama más oscuro e inquietante y la comedia más cínicamente gamberra. Menos mal que el maestro Chabrol supo descubrir su lado divertido, que reaparece como nunca a las órdenes de un inspirado Jean-Paul Salomé. Hacía tiempo, mucho tiempo, que no disfrutaba tanto en el cine, a pesar de la mascarilla, que en un momento de la proyección se me cayó por culpa de la risa, y tuvieron que llamarme la atención. Lo que más gracia me ha hecho, aparte del imposible doblaje del argot original, son los personajes secundarios, en especial el grandullón Scotch (Rachid Guellaz) cada vez que comparte plano con la Huppert, sin olvidar a su colega Chocapic (Mourad Boudaoud). Ahora bien, la única que hace sombra a la protagonista, además del perro anti-droga ADN, es la vecina china, la señora Fo (Jade Nadja Nguyen), y es que las dos juntas son tal para cual. Se trata de un humor reversible, que nunca cae en el chiste xenófobo, gracias a que del mismo modo que bromea a cuenta de la cultura musulmana o de la asiática ridiculiza la mentalidad francófona, y no digamos ya la de su policía, desde la amoralidad y de una total incorrección.