2021 MAI. 03 CRÍTICA «Sablehortz Kapitaina eta diamante magikoa» Un malvado pero entrañable pirata buscatesoros Mikel INSAUSTI Quienes hayan visto la película de imagen real “Capitán Diente de Sable y el tesoro de Lama Rama” (2014) tienen mucho ganado, porque “Capitán Diente de Sable y el diamante mágico” (2019) continúa con las mismas aventuras y conviene estar familiarizado con sus personajes. El joven Pinky y su amiga Veronika vuelven a ser los introductores del capítulo, a modo de secuela del anterior, aunque el primero no quiere salir del puerto de Luna Bay y ella, en cambio, siente deseos de hacerse a la mar. Deberán seguir el rastro del pequeño Marco, una vez que todos se vean envueltos en la búsqueda de un nuevo botín, que ahora tiene forma de piedra preciosa. Con su brillo cristalino es capaz de conceder deseos a la luz de la luna. Villanos no faltan para hacerse con la deslumbrante joya y, además del pirata que capitanea el barco La Dama Negra, está una ambiciosa reina con monos locos a su servicio y Maga Khan, un vampiro que no soporta el sol y se muere por salir de la isla en la que ha de ocultarse. Capitán Diente de Sable es un personaje divertido y entrañable, porque bajo su aspecto siniestro esconde un espíritu legendario que aviva la imaginación infantil. Fue creado por el artista del espectáculo noruego Terje Formoe, quien empezó representado sus aventuras para escenificaciones teatrales en el parque de Kristiansand. Las adaptaciones cinematográficas se benefician siempre de su ritmo humorístico, con bailes y canciones, que tampoco faltan en este nuevo largometraje. La franquicia de Formoe resulta inagotable al nutrirse del bagaje clásico literario que encuentra en la obra de Robert Louis Stevenson su razón de ser genérica, haciéndola disfrutable para sucesivas generaciones, seguramente recuperadas para la causa por otra franquicia más poderosa, la de “Piratas del Caribe” y el modelo sin competencia posible de Jack Sparrow .