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ATAQUE ISRAELÍ CONTRA GAZA

Tras más de cien muertos, Israel prepara una ofensiva terrestre

La invasión que preparaba Israel tras los bombardeos que han matado a más de cien personas recuerda a ofensivas previas que devastaron Gaza. El apoyo internacional allana el camino.


El Ejército israelí movió ayer más tropas, blindados y tanques en la frontera con Gaza preparando una operación terrestre dentro del enclave, una opción que no descarta a la vez que continúa los bombardeos aéreos sobre la Franja, desde la que las milicias palestinas siguen disparando cohetes de respuesta.

«Tenemos unidades terrestres que están preparadas y se encuentran en varias etapas de preparación de operaciones terrestres», confirmó Jonathan Conricus, portavoz militar.

El jefe del Estado Mayor, Aviv Kochavi, supervisa y planifica los preparatorios de «tres brigadas de maniobra» en la zona, a la espera de la aprobación gubernamental. A la vez, el Ejército ha convocado a miles de soldados de reserva en los últimos días.

Ayer las bombas israelíes mataron a al menos otras 20 personas, y los fallecidos superaban el centenar, al menos 27 menores, en más de 600 ataques desde el lunes. En ciudades israelíes hacia las que las milicias han lanzado más de 1.600 cohetes, han muerto siete personas, entre ellas un niño.

Mientras musulmanes en todo el mundo comenzaban la celebración del Aid el Fitr, fiesta que marca el final del Ramadán, en Gaza la festividad se vivía ensombrecida por el terror a las bombas. Tradicionalmente, los musulmanes la celebran con rezos en las mezquitas, grandes comidas en familia y compras de dulces, regalos y ropa nueva, pero Gaza amaneció con un estado de ánimo sombrío tras otra larga noche de intensos bombardeos.

La población que, a diferencia de los israelíes, no puede protegerse con refugios antiaéreos se recluyó en sus casas ante los ataques, entre cientos de inmuebles destruidos o dañados y escombros que se amontonan con el intercambio de fuego.

En la peor escalada de violencia en siete años, las ruinas en las calles del enclave comienza a recordar cada vez más a las imágenes que dejaron las recurrentes ofensivas israelíes 2008, 2012 y 2014, y que devastaron Gaza.

Aun así, cientos de personas salieron para enterrar a varios de los fallecidos. Los bombardeos israelíes han destruido o dañado 350 viviendas y derruido cinco grandes edificios –algunos de hasta 14 plantas– de uso residencial y donde también tenían sus oficinas medios de comunicación y ONG. Muchos cientos más han sufrido desperfectos, según datos de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).

En las últimas horas, aviones de combate atacaron un edificio en el barrio de Rimal y otro inmueble de una decena de plantas que albergaba las oficinas del Banco Nacional Islámico. La OCHA señaló que al menos 1.750 personas han sido desplazadas de sus hogares.

Siete fábricas, ocho escuelas y un centro sanitario también han sido dañados por las bombas, además de posiciones militares o instalaciones policiales.

Por su parte, Hamas anunció haber lanzado su mayor cohete hacia el segundo aeropuerto de Israel, hacia el que las autoridades israelíes habían redirigido todos los vuelos con destino a Tel Aviv.

Compañías como Delta American Airlines y United Airlines confirmaron la suspensión de todos sus vuelos hacia Israel al menos hasta el 15 de mayo. También Aeroflot, KLM, British Airways, Virgin, Lufthansa e Iberia adoptaron medidas similares.

Apoyo «sin fisuras» de Biden

Israel rechaza parar la ofensiva hasta que no logre «sus objetivos» y el amparo de EEUU y la pasividad cuando no «comprensión» de los países occidentales, Rusia o la ONU le allanan el camino. Ayer Washington impidió una reunión del Consejo de Seguridad para abordar la crisis después de haber vetado una resolución sobre la misma en dos ocasiones.

Y el presidente de EEUU, Joe Biden, ha dejado claro que va a dejar hacer, minimizando las decenas de muertos. Ayer afirmó que no cree que Israel esté reaccionando «de forma excesiva» frente a los palestinos. El miércoles ya transmitió a Benjamin Netanyahu su apoyo «sin fisuras» y expresó su respaldo «al derecho de Israel a defenderse a sí mismo y a su pueblo».

En este contexto la delegación de Egipto que ayer llegó a Tel Aviv para intentar lograr un alto el fuego en Gaza antes de la operación terrestre no tenía muchas posibilidades de éxito. La delegación egipcia confirmó que Israel se mostró «intransigente» al respecto.

Linchamientos, palizas y acoso a la población palestina de Israel

Paralelamente a los bombardeos sobre Gaza, las agresiones a la población palestina han aumentado en las ciudades israelíes a un nivel no visto en décadas, después de las protestas contra la ocupación de la mezquita de Al-Aqsa y la expulsión de palestinos de Jerusalén Este. «Haifa se levanta para proteger y apoyar a Lod, Jaffa, Gaza y Jerusalén: es la intifada de la unidad», tuiteó Majd Kayyal, militante palestino de Haifa. Como reacción, grupos de judíos ultras han salido a las calles a quemar comercios y vehículos y atacar a los palestinos al grito de «Muerte a los árabes», sobre todo en Lod, una ciudad industrial con el 40% de población árabe, cuyo alcalde habló de un clima de «guerra civil». En la noche del miércoles se produjeron varios linchamientos que acabaron con heridos en el hospital. Bandas de israelíes llegaron a entrar en domicilios de palestinos y a marcar sus viviendas. También se produjeron intercambios de disparos. Más de 400 personas han sido detenidas.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, confirmó ayer el aumento del despliegue policial, con más de 1.000 unidades de la militarizada Policía de Fronteras, a la que ordenó claramente que utilice tanta fuerza como sea necesaria sin preocuparse por posibles investigaciones por sus actuaciones.

La comunidad palestina de 1948 que resistió en sus hogares tras la creación del Estado de Israel y sus descendientes tienen también una historia de persecución. Viven bajo leyes discriminatorias en un Estado que declara su «naturaleza judía».GARA