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LA SERIE «EL GRITO DE LAS MARIPOSAS»

LAS MARIPOSAS QUE NO TEMIERON AL DICTADOR TRUJILLO

La gasteiztarra Susana Abaitua coprotagoniza «El grito de las mariposas», una serie sobre las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal. Conocidas como «Las Mariposas», su muerte fue decretada por el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo.


Diversas localizaciones ubicadas en Colombia acogieron el pasado mes de julio el arranque del rodaje de “El grito de las mariposas”, una serie que aborda los trágicos episodios compartidos por dos mujeres que se enfrentaron a la más grotesca, cruel y misógina tiranía latinoamericana del siglo XX, la del dictador Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana. Este drama se centra en la amistad compartida por la abogada dominicana Minerva Mirabal y la aspirante a bailarina e inmigrante vasca Arantxa Oianburu.

La serie se basa en la historia real de las hermanas Mirabal y se compondrá de 13 capítulos de 50 minutos de duración cada uno de ellos. La actriz vasca Susana Abaitua, Sandy Hernández, Willy Toledo y Alberto García encabezan los títulos de crédito de esta producción que pasa por ser la primera de género dramático respaldada por el gigante Disney. Según reveló el creador de “El grito de las mariposas”, Juan Pablo Buscarini, desde que leyó «la inolvidable novela ‘La fiesta del Chivo’, del premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa, me impactó el impresionante fresco que realizó de la corrupción destructiva de las dictaduras, me fascinó la historia real sucedida en esta pequeña isla caribeña, con las hermanas Mirabal y Trujillo como protagonistas».

«‘El grito de las mariposas’ es una historia imprescindible, llena de emoción, solidaridad y lucha por la injusticia que esperamos que ayude a denunciar y erradicar la violencia que sufren las mujeres en todo el mundo», añadió en su exposición.

El argumento arranca en la convulsa República Dominicana de 1940. En este escenario nos topamos con una joven inmigrante llamada Arantxa Oianburu y con Minerva Mirabal. Ambas forjan durante su infancia una profunda amistad en el pueblo de Salcedo. Años más tarde, en 1950, el régimen de Rafael Leónidas Trujillo pondrá en peligro esa amistad y marcará su destino trágico. Arantxa, cegada por su deseo de convertirse en bailarina, se niega a cuestionar las atrocidades que rodean al dictador, e incluso acepta ser su amante para lograr sus objetivos. Minerva, por el contrario, se opone frontalmente al régimen, se forma para convertirse en la primera mujer abogada en su país y decide pasar a la acción en la clandestinidad.

Cuando el dictador Trujillo asesina de forma atroz a Minerva Mirabal y a sus hermanas en 1961, Arantxa Oianburu reacciona para convertirse en pieza esencial en la caída del régimen dictatorial.

 

«Valió la pena»

Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, que son conocidas con el apodo de “Las Mariposas”, desafiaron al sanguinario dictador dominicano y pagaron con sus vidas por ello, convirtiéndose en un símbolo de la lucha contra la violencia machista. Patria, de 36 años, Minerva, de 34, y María Teresa, de 25, fueron golpeadas brutalmente hasta la muerte, al igual que el conductor Rufino de la Cruz, por agentes del Servicio Militar de Inteligencia (SIM) la noche del 25 de noviembre de 1960, cuando las activistas políticas regresaban de visitar a sus respectivos compañeros sentimentales, que permanecían encerrados en la prisión de Puerto Plata. Estos hechos quedaron impunes, pero precipitó la caída del dictador, que murió ametrallado en una emboscada seis meses después, el 30 de mayo de 1961.

Para que aquel crimen no cayese en el olvido, cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La fecha fue establecida en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe celebrado en Bogotá en 1981, y aprobada por Naciones Unidas el 7 de febrero de 2000. En el imaginario colectivo todavía resuena la frase que lanzó Minerva Mirabal cuando le advirtieron de que Trujillo estaba empeñado en acabar con ella: «Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte».

En 2020, transcurridos sesenta años de la muerte de las tres activistas, Minou Tavárez Mirabal –hija de Minerva y de Manolo Tavárez, héroe nacional y líder del Movimiento 14 de Junio, cuyos miembros protagonizaron una fallida expedición para derrocar al tirano en 1959– señaló en un acto conmemorativo que «el ejemplo de las Mirabal es importante porque le vino a poner fecha a la lucha contra la violencia contra la mujer. Es importante no olvidarlas porque, por lo general, las luchas de las mujeres son invisibles, tienden a borrarse, ocultarse, a ignorarse, a pasarles un velo de opacidad».

«Si el ejemplo de estas combatientes antitrujillistas sirve para evitar aunque sea una sola muerte de una mujer en el mundo yo me imagino a mi mamá diciendo: ‘Valió la pena’», comentó Minou Tavárez Mirabal en ese acto, que tuvo lugar en la Casa Museo Hermanas Mirabal, en la ciudad de Salcedo, capital de la provincia ahora llamada Hermanas Mirabal.

Las Mirabal estaban convencidas de que Trujillo llevaría al país al caos y por ello entraron a formar parte del grupo de oposición al régimen conocido como la Agrupación Política 14 de Junio. Dentro de este grupo eran conocidas como “Las Mariposas” porque ese era el nombre con que Minerva se identificaba en sus acciones políticas clandestinas.

Dos de las hermanas, Minerva y María Teresa, fueron encarceladas, violadas y torturadas en varias ocasiones; una de ellas fue recluida en la cárcel La Victoria. Tanto ellas como sus compañeros sentimentales fueron sometidos a una cruel tortura durante el régimen de Trujillo. A pesar de estos hechos, continuaron luchando contra la dictadura. Después de varios encarcelamientos, Trujillo decidió terminar con sus vidas.

 

El principio del fin

Como ya se ha indicado, el 25 de noviembre de 1960, funcionarios de la policía secreta interceptaron el automóvil en el que viajaban las tres hermanas Mirabal y su chófer; tras ser trasladadas a punta de pistola a una casa remota, fueron ahorcadas y apaleadas hasta morir. Posteriormente, los sicarios introdujeron sus cuerpos dentro del vehículo y lo lanzaron por un precipicio para simular que habían fallecido en un accidente.

Trujillo creyó que la muerte de las hermanas Mirabal eliminaba un gran problema. Sin embargo, este trágico episodio desencadenó una oleada de acontecimientos que certificaron el epílogo de su gobierno de terror. El pueblo dominicano se mostró cada vez más proclive a apoyar a las Mirabal y lo que representaron. La popularidad de las tres mujeres, unida al aumento de los crímenes, las torturas y las desapariciones de quienes se atrevían a oponerse a la dictadura, contribuyó a activar la conciencia del pueblo, lo que finalmente derivó en el atentado contra Trujillo del 30 de mayo de 1961.

Un año más tarde, en un juicio calificado de “histórico”, los autores materiales del salvaje crimen contra “Las Mariposas” fueron sentenciados a penas de entre 20 y 30 años, pero dos años después fueron puestos en libertad y protegidos por el propio Estado.

A comienzos del pasado mes de abril, Alfonso Cruz Valerio, el último de los ejecutores confesos que participó en la muerte de las hermanas Mirabal, falleció tras vivir durante décadas oculto y sin haber cumplido su condena. En esta ocasión, Minou Tavárez Mirabal atribuyó a la «impunidad con la que presuntamente actúan los gobiernos dominicanos el hecho de que el asesino Alfonso Cruz Valerio haya vivido tranquilamente en el país hasta su muerte». «Él fue quien mató a palos a Minerva Mirabal. Realmente es muy doloroso para nosotros que pensábamos que ese señor había muerto hace años; eso era lo que sabíamos, lo que nos decían», explicó Tavárez Mirabal.

 

Extenso legado literario

La escritora estadounidense de origen dominicano Julia Álvarez escribió una novela basada en las hermanas Mirabal con el título “En el tiempo de las mariposas”. Según esta autora, la clave para explicar por qué la historia de las Mirabal es tan emblemática radica en que «le pusieron un rostro humano a la tragedia generada por un régimen violento que no aceptaba disidencia y que llevaba tres décadas de asesinatos en el país. Esta historia cansó a los dominicanos, que dijeron: ‘cuando nuestras hermanas, nuestras hijas, nuestras esposas, nuestras novias no están seguras, ¿de qué sirve todo esto?’».

En el año 2001, Mariano Barroso dirigió una adaptación fílmica homónima de esta novela. El reparto estaba liderado por Salma Hayek, Edward James Olmos, Marc Anthony, Mía Maestro, Demian Bichir y Pilar Padilla.

“La fiesta del Chivo”, de Mario Vargas Llosa, publicada en el año 2000, narra el final del mandato de Trujillo y se refiere al crimen de las Mirabal como una de las mayores atrocidades del régimen.

Nueve años más tarde, Adela Mirabal, Dedé, escribió “Vivas en su jardín”. En este libro de memorias, la única hermana superviviente relata la lucha que emprendieron “Las Mariposas”.

En este repaso literario también tienen cabida obras como “Las Mirabal” (1976), de Ramón Alberto Ferreras; “Minerva Mirabal: Historia de una heroína” (1982), de William Galván; “Tres heroínas y un tirano. La historia verídica de las Hermanas Mirabal y su asesinato por Rafael Leonidas Trujillo” (1996), de Miguel Aquino García; “Las heroínas de Salcedo en un Ojo de Agua” (1997), de Alcibíades Cruz González; y “Minerva Mirabal: la revolucionaria” (2000), de Roberto Cassá. El escritor, actor y director de cine dominicano Etzel Báez publicó “Asesinato de las hermanas Mirabal y ajusticiamiento de Trujillo” en 2003; también realizó una película en 2008 titulada “Crimen” y contó con el asesoramiento de Leandro Guzmán, compañero de María Teresa Mirabal.

En el formato documental destacan “Oriundos de la noche” (2007), de Javier Balaguer y “Codename: Butterflies” (2009), de Cecilia Domeyko.