2021 IRA. 05 CRÍTICA «Chavalas» Cuatro amigas de verdad de la buena Mikel INSAUSTI La búsqueda de la verdad en el cine solamente se puede dar en películas pequeñas, que sean un poco como lo que en cocina se entiende por producto de kilómetro cero. Y “Chavalas” (2021) responde a esa denominación de origen, con marchamo de autenticidad, expesada a través de sentimientos que huyen de la falsedad y de la impostura. En esta producción independiente el amigo Natxo Ortuzar se ha encargado del sonido directo, que es la esencia de la película, junto con la canción que sirve de tema principal, titulada “Solo a mí”, interpretada por una choni de carne y hueso, y sin que se note el autotune, algo que requiere valentía en estos tiempos de remezclas y play-back tramposos. Aquí no hay nada impostado, porque Carolina Yuste, Vicky Luengo, Ángela Cervantes y Elisabet Casanovas ofrecen lo mejor de sí mismas, de todo lo que a su edad llevan dentro. Ellas son Desi, Marta, Soraya y Bea sin engaños, sin métodos de interpretación, ni medias tintas. Se muestran tal cual, y por fin se habla en una película actual de la precariedad laboral, del paro juvenil, del problema de la primera vivienda, de la falta de futuro, siempre a ras de tierra y con conocimiento de causa. En el barrio también hay vida, porque allí no todo es delincuencia y drogadicción, a no ser que se quiera matar la esperanza y el derecho a salir adelante que expresan estas cuatro grandes amigas. Carol Rodríguez Colás, como realizadora, y su hermana Marina Rodríguez Colás, como guionista, se basan en su propia experiencia autobiográfica en Poblenou, en Cornellá, para aportar sus vivencias al debate entre lo que es residir en el centro de la ciudad o en las barriadas de la periferia. La sororidad femenina triunfa en “Chavalas” (2021) frente a las diferencias sociales internas, derivadas de las pretensiones fallidas de éxito urbanita representadas por Marta, en su vuelta a los orígenes marcada por el reencuentro con las que sí han decidido seguir donde nacieron.