Marlaska alega ante el drama que la Guardia Civil ya vigila el Bidasoa

Fernando Grande-Marlaska, el ministro del Interior español, se limitó a destacar que la Guardia Civil ya vigila el Bidasoa al ser preguntado por Jon Iñarritu (EH Bildu) por la situación en la muga, donde han muerto siete personas en siete meses.

El ministro del Interior español, Fernando Grande-Marlaska, no ofreció ninguna solución real a los dramas que se suceden en la muga (siete muertes de migrantes en tránsito en apenas siete meses), al ser interpelado ayer en el Congreso por Jon Iñarritu (EH Bildu).

Iñarritu recordó a Grande-Marlaska que actualmente no solo hay tragedias en fronteras externas de la UE como la de Polonia-Bielorrusia, Canal de la Mancha o las islas Canarias, sino que «también está ocurriendo en las fronteras internas de la Unión» y concretamente en la del Bidasoa, que separa el norte y sur vascos. Y preguntó al respecto al ministro «qué va hacer ante la instalación permanente de controles en estos puntos» por parte de las autoridades francesas, que dificultan enormemente el paso de migrantes y les aboca a poner en riesgo sus vidas cruzando a nado o caminando por la vía férrea.

Grande-Marlaska respondió que «no compartimos necesariamente» esos controles, pero dio por buena su legalidad dentro de las normas del espacio Schengen, a lo que añadió que «tampoco es una actuación novedosa porque se viene produciendo desde 2015». Apostilló que según sus datos ahora hay diez pasos cerrados y antes llegaron a ser 16, por lo que abogó por «seguir trabajando».

En la réplica Iñarritu insistió al ministro en que ese cierre de fronteras resulta letal para las personas migrantes y le hizo ver que la parte española no es convidada de piedra ahí: «Si acude al lugar podrá observar devoluciones en caliente y controles policiales de carácter étnico, no solo de las policías francesas sino también de las españolas». Acabó remarcando que «hay que tomar medidas para que no se vuelva a repetir».

Ante ello, Grande-Marlaska replicó que la Guardia Civil tiene un dispositivo en el Bidasoa –que según dijo incluye medios terrestres, marítimos y aéreos– para intentar paliar la situación. Así que terminó escudándose en ese operativo de la Guardia Civil y «la colaboración con nuestro vecino de Francia» frente a la apelación de Iñarritu, pero sin ofrecer garantía alguna de que «no volverán a producirse muertes».

En un plano puramente anecdótico, en esta interpelación el ministro desató murmullos en la bancada de la derecha al devolver a Iñarritu su saludo en euskara: «Egun on, Iñarritu jauna». Ante el pequeño revuelo levantado por quienes parecían molestos por ello, el ministro se revolvió de este modo: «¿Algún problema?».

Siete muertes

Con la muerte en noviembre de un hombre de 38 años natural de Costa de Marfil y que había sido vacunado en Andalucía asciende a siete el número de migrantes fallecidos en el Bidasoa.

Marfileño era también Yaya Karamoko, de 29 años, ahogado en las mismas aguas en mayo.

Un mes antes, en abril, se halló ahorcado en la zona a un joven eritreo que supuestamente se suicidó en esta situación extrema. Fue la primera tragedia que elevó la alerta sobre la zona.

En agosto falleció ahogado Abdoulaye Coulibaly, de 18 años y natural de Guinea Conakry que intentaba reunirse con su familia al norte del Estado francés.

El hecho más luctuoso fue la muerte de tres argelinos de 21, 23 y 30 años atropellados por el tren en Ziburu.