GARA Euskal Herriko egunkaria
CRÍTICA «Super... ¿quién?»

El mundo todavía no está preparado para Badman


Un superhéroe que se llama Badman, más que el primer superhéroe francófono, es la fantasía de los guionistas vagos dispuestos a cambiar solamente una letra del Batman referencial. Y así se fabrica una comedia taquillera, a la que nadie va a odiar porque te saca la risa tonta y al final le perdonas la vida a sus autores. Quienes están detrás de la gamberrada son los y la de siempre, el cuarteto superviviente del grupo cómico Le Bande à Fifi: Philippe Lacheau, Julien Arruti, Tarek Boudali y Élodie Fontan. Por lo menos, además de escribir papeles básicos para sí mismos, han tenido inspiración suficiente para acordarse del veterano Jean-Hughes Anglade, que hace del sufrido padre del protagonista, y de George Corraface, caricaturizando a un viejo galán venido a menos que reúne en un dos por uno a Alain Delon y Jean-Paul Belmondo.

La parodia superheroica no solo fusila a Batman, ya que también pasan por el desguace el Joker, Thor, Spider-Man, el Capitán América y Lobezno. Por esta vez el chovinismo sale bastante mal parado, y las únicas referencias patrias se encuentran en el tono familiar heredado de las películas de “Fantômas” protagonizadas por Jean Marais en los años 60, con el añadido actualizado de ingentes dosis de un humor escatológico de lo más pueril. No acaba ahí la cosa, porque el saqueo continúa con los spots publicitarios, principalmente de una conocida marca de equipos de limpieza y del modelo Logan de una tradicional empresa de coches.

Por suerte, los anuncios vienen a cuento de la sátira de la publicidad subliminal a la que recurren tantas producciones, y es que lo más salvable y entretenido de “Super-héros malgré lui” (2021) es su cacharrera y festiva versión del “cine dentro del cine”, con secuencias que sacan partido de los trucos del género de acción, incluida la que bromea con el uso accidental de armas que no son de fogueo.