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CRÍTICA «CAMILA SALDRÁ ESTA NOCHE»

Una colegiala feminista en un centro privado


Lo mejor del cuarto largometraje de Inés Barrionuevo es el retrato de una adolescente feminista de hoy en día, ya que sus ideas se muestran como algo innato, completamente instintivo, que le nace de dentro y lo manifiesta tal cual es, sin complejos ni postureos. Tiene mucho más mérito si se conoce que la actriz revelación Nina Dziembrowski tenía 18 años ya cuando interpretó el papel, y consigue pasar por una colegiala, la Camila del título. También encaja el estilo de cine militante mediante el cual la directora reactiva al personaje, que en un momento dado se integra de modo consecuente en la llamada Marea Verde, el movimiento proabortista argentino. Hasta ahí todo es perfecto, como lo es el ambiente familiar de mudanza a casa de la abuela en Buenos Aires, con la hermana pequeña y una madre de ideas progresistas, pero que comete el error de matricular a su hija Camila en un colegio privado católico.

Bien, se supone que el ingreso de la chica en una institución ultraconservadora es algo transitorio, y que está más relacionado con el barrio burgués en el que se acaba de instalar. Sin embargo, es lo que a fin de cuentas define “Camila saldrá está noche” (2021) como una obra de conflicto dramático, con el choque dialéctico frontal entre la protagonista y las fuerzas vivas de esa institución. En ese sentido todo resulta demasiado obvio, ya que Barrionuevo introduce directamente a su joven heroína contestataria en un avispero, que no duda en agitar.

El remate llega con la performance en la fiesta de final de curso, cuando Camila y alguna compañera más se levantan la parte superior del uniforme para escándalo del retrógrado público invitado. Llama la atención la falta de sutileza mediante la cual la escena conecta con un discurso panfletario, impuesto y no sugerido que echa a perder la sana actitud activista previa.