2023 URT. 17 DE REOJO Proclamas desnaturalizadas Raimundo FITERO La presión arterial que provoca la necesidad de aparecer en titulares en medios de comunicación y redes sociales ha convertido la actividad política en un espacio televisivo patrocinado por los suministradores de sustancias que alteran la percepción de la realidad. La sustancia de lo expresado viene cargada de grasas insaturadas nocivas para la salud general, aunque se pueda entender como una suerte de despiojamiento de quienes emiten su opinión prepago, fórmula universal de la manipulación y el deterioro casi definitivo de la posibilidad de entender lo que pasa o puede pasa o pasó. Cuanto más apocalípticas son las declaraciones, más alejadas del razonamiento y la argumentación. Cuando alguien dice de la situación en Perú: «acabó la democracia», se coloca en un púlpito moral que no deja resquicio a la confrontación dialéctica. ¿Qué democracia es la que terminó? Porque no es casualidad que en toda Iberoamérica se estén produciendo situaciones que tienden a la abolición de los síntomas democráticos más reconocibles. Los resultados electorales producidos en procesos admitidos y certificados por los agentes externos son puestos en duda, se provocan movimientos internos que alteran los resultados de manera tibia o violenta y en todos los casos hay una caja de resonancia que convierte el golpe en acción democrática, lo que no deja de ser una paradoja o una conspiración global alentada y auspiciada desde poderes superiores. Cada proclama parece ser el fruto de una traición subrogada. Cada movimiento desestabilizador forma parte de un objetivo geopolítico general.