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DE REOJO

Legión de tildistas unidos


Los antecedentes, la tradición y un jamón con chorreras. No se trata de alarmar, sino de refrendar. La empresa Ferrovial se fundó en pleno franquismo. Punto y seguido. Sus accionistas principales tienen un patrimonio personal de relumbrón. Ha sufrido multas de las autoridades competentes por actividades financieras sospechosas que han sido saturadas por algún juzgado de los que no se renuevan para mantener el control mafioso de la banda que ahora tiene de bedel a Núñez Feijóo, ese hombre dibujado en un mantel de un restaurante de la rías baixas junto a un narco. El que señalan como la tercera fortuna española ha decidido hacer campaña a favor de su más fiable conseguidor de la nada para rememorar los tiempos felices de obras públicas bien regadas de mordidas. Garamendi ya lleva meses en ello. Le va su sueldo. Y los añadidos.

Así que mirando de soslayo los almendros que quieren estar en flor, sólo quiero sumarme al bando de los tildistas frente a los desalmados que nos dejaron sin ella en guion y truhan. Digan lo que digan los demás, en este caso sigo a Pérez Reverte, que al menos estuvo de corresponsal de guerra en Bosnia y eso confiere carácter. Porque miro al Imperio, escucho los tardíos quejidos de los poetas de la Casa Blanca y me remiten a un Joe Biden operado de un carcinoma en la piel que no hay manera de traducir sin apoyos de la IA y las nuevas herramientas para escribir al modo de alguien que parece se realiza de una manera fidedigna y por lo tanto cruelmente decisiva para acabar con la identificación de los seres humano por su capacidad de hablar o escribir.