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Vox cierra su circo con un PSOE exultante y la abstención del PP

La moción de censura fue rechazada por menos votos que la de 2020 gracias a la abstención del grupo de Feijóo y a los tránsfugas de UPN. El PSOE machacó con el destino común de los «populares» con la extrema derecha. Tamames, contra «los vascos» y sus fueros.

Sánchez abraza a López tras su intervención. (E. PARRA | EUROPA PRESS)

El rodaje respetó el guion. La novela de la moción de censura, caduca antes de nacer, no presentó sorpresas y, en su segunda jornada, el final previsto fue plausible: Vox perdió la votación y su estrambótico candidato, Ramón Tamames, no fue investido presidente del Gobierno.

La mayoría de la investidura fue ratificada, eso sí, con menos votos. El PP decidió, a diferencia de 2020, abstenerse, en un intento de polémica neutralidad para no enfadar a su electorado más antisanchista ni quedar escorado a la extrema derecha. Se sumaron las abstenciones de los tránsfugas de UPN, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, y el voto a favor de un exintegrante de Cs electo por Sevilla.

La portavoz del PP, Cuca Gamarra, justificó la abstención «por respeto al profesor Tamames» y porque consideraban todo una proyección electoral de Vox sin sentido porque en pocos meses empezará la campaña para las generales. «No es nuestro proyecto ni nuestro candidato», subrayó.

Esta actitud fue funcional a la estrategia del PSOE de vincular a Alberto Núñez Feijóo (ausente por ser senador) con Vox. «En cuestiones centrales no hay nada peor que parecer neutrales», afirmó el exlehendakari y portavoz del PSOE, Patxi López, en un vehemente discurso contra las derechas y haciendo eje en la memoria histórica y en el riesgo democrático que representa Vox. «Siento decirle que usted (Tamames) está poniendo su nombre y trayectoria al servicio de Vox, endulzando el veneno, suavizando lo insoportable», recalcó López, quien se enfrentó con diputados de PP y Vox que vociferaban desde el escaño y por lo que la presidenta del Congreso llamó al orden varias veces.

El excomunista y tránsfuga serial habló menos de lo que podía (ni él ni Pedro Sánchez tenían límite de tiempo), dedicó unas palabras a cada portavoz que intervino en ambas jornadas y tuvo un contrapun- to especial para «los vascos».

«Los vascos se piensan que están todavía oprimidos. ¿Pero qué cosa es esa? Tienen una confederación fiscal, se benefician de un Cupo mínimo... ¿De qué se quejan, de que no tienen posibilidad de política exterior? Quieren el fondo único de Seguridad Social y estamos vencidos en los poderes de un verdadero Estado si se transfiere», opinó Tamames, mientras Mertxe Aizpurua (Bildu) sonreía sorprendida y Aitor Esteban (PNV) resoplaba con enfado.

Tras 15 horas, el circo decadente e inútil que paralizó el Parlamento concluyó sin perjudicar, sino todo lo contrario, a la mayoría de la investidura.