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LA HABITACIÓN DE AL LADO

Universo lleno de tensión emocional


Este título que refleja muchos de los temas recurrentes de la obra de Pedro Almodóvar y es un testimonio de su capacidad para explorar la complejidad de las relaciones humanas y el dolor, a través de personajes vibrantes y tramas cargadas de emoción. En este melodrama contenido y sobrio, habla sobre la muerte, pero de una manera luminosa, no es oscura ni siniestra.

El estilo visual de la cinta es característicamente “almodovariano”: una puesta en escena que resalta el drama interno de los personajes y una atmósfera que mezcla lo sensual con lo claustrofóbico. También encontramos un uso de los colores típicos de su filmografía como el rojo, el verde y el amarillo, presentes en la vestimenta de las protagonistas o en las casas. La estética se vuelve progresivamente más refinada, como si buscara iluminar y embellecer la idea de la muerte. Cada escena parece cargada de un simbolismo sutil, donde cada mirada, gesto y silencio habla más fuerte que las palabras.

La película se vuelve cautivadora cuando se enfoca exclusivamente en la relación entre sus dos protagonistas. Pese a que eje narrativo es suficientemente fuerte e interesante, el director se empeña en embellecer la trama con añadidos y distracciones innecesarias (flashbacks, personajes secundarios…). Se dispersa cuando intenta incluir esos elementos. La película es más efectiva cuando se concentra en la complejidad de la relación entre las protagonistas.

Aunque no se sitúa entre las mejores de Pedro Almodóvar, sigue siendo una obra digna de ver por su calidad estética, la fuerza de sus interpretaciones y su capacidad para sumergir al espectador en un universo lleno de tensión emocional. Es una obra que, a pesar de sus pequeñas imperfecciones, brilla por su sensibilidad y su audaz manera de abordar los temas.