2025 URT. 31 DE REOJO Toda precaución es poca Raimundo FITERO Hay días que en los recovecos de la cavidad craneal donde se van juntando las letras solamente se vislumbran aporías. Con mucha suerte se puede ver el reflejo de algún calambrazo en forma de refrán apócrifo o verso suelto de una canción prendida con interrogantes en el baúl de los sinsabores. En esas circunstancias nacen los himnos, los apodos y las reclamaciones al maestro armero. Mirar las puertas rústicas o de apertura remota de los juzgados se ha convertido en un ejercicio de contra terapia rehabilitadora. Si algo está fabricando personas que renieguen de la política son los considerandos cargados de apriorismos y medias verdades que inundan las charcas institucionales que lanza de manera coordinada una brigada de togas al aire que intentan intervenir de una manera directa en los asuntos que deberían dirimirse en el campo de la política. Las piezas audiovisuales de juzgados, con esos jueces decimonónicos con escolta de salón, tienen la misma carga semántica que tuvieron los platós donde se dirimían negocios pasados por la entrepierna de los famosos de toda ralea. Hoy, un novio mudo, de una presidenta estridente y botarate, arropado por una escuadra de contaminantes con chaqueta cruzada, toga enjaretada o pluma corrupta, alcanza cuotas de audiencia pública destilando veneno de todas las corrupciones estructurales conocidas. Un ejemplo modélico. Por eso hay que erguirse y ponerse en modo alerta absoluta porque toda precaución es poca ante estos tsunamis judiciales tan inquisidores. Tanto aquí como en Guantánamo.