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IX ASAMBLEA GENERAL DEL PNV

Aitor Esteban intenta poner la pilas al PNV ante un Atano III a rebosar

El acto final de la IX Asamblea General que el PNV organizó en el frontón Atano III de Donostia fue solido, combinando emoción y mensaje político. Andoni Ortuzar entregó la makila de mando del EBB a Aitor Esteban que, en su discurso, trató de poner las pilas tanto a la militancia como a la nueva Ejecutiva Nacional, que también ha sido totalmente reconstruida en este proceso.

Los integrantes del nuevo EBB, ovacionados en el escenario del Atano III en su primera comparecencia ante la afiliación. (Andoni CANELLADA | FOKU)

Fue un acto milimétricamente pautado. Sólido. Bien organizado para tratar de levantar el ánimo de un PNV que no atraviesa su mejor momento electoral. Combinó emoción con discurso político. Y los asistentes que llenaron el frontón Atano III -1.800 según el partido- respondieron con entusiasmo, tanto en los momentos en los que debían levantarse para ovacionar a los dirigentes como cuando se les invitaba a llevar con las palmas el ritmo de las actuaciones musicales. Solo un pero: apenas había un par de ikurriñas ondeando en las gradas.

Un Andoni Ortuzar que se reconocía feliz por los 17 años pasados en Sabin Etxea -5 como presidente del BBB y 12 del EBB-, le entregó la makila de mando a Aitor Esteban. Ambos se abrazaron emocionados, y a Esteban le brotaron las lágrimas con el aplauso cerrado de la militancia asistente.

Acudieron a la cita Iñigo Urkullu -que conversó con Ortuzar-, su sucesor en Ajuria Enea, Imanol Pradales, y buena parte de sus consejeros, incluidos algunos que se dijo que no eran militantes, como el de Salud. También se pudo ver en Donostia a Daniel Innerararity y a exconsejeros, alguna acompañada de su nieta.

Antes de la celebración del acto político, la Asamblea Nacional designó por unanimidad a Aitor Esteban como nuevo presidente del EBB para los cuatro próximos años. Y sus cien integrantes también fueron unánimes al votar a toda la plancha de burukides formada por Markel Olano y Jon Ganbra (Gipuzkoa), Maitane Ipiñazar, Miren Martiarena y Manu Tejada (Bizkaia), Joseba Díez Antxustegi (Araba) y Javier Ollo (Nafarroa). El caso es que no cabía ninguna duda del resultado, puesto que no había más candidatos.

El acto arrancó con una actuación musical en la que un cuarteto vocal interpretó un popurrí de conocidos hits euskaldunes con aires de jazz, un repertorio que entusiasmó a los asistentes. «Voces que encajan a la perfección como un partido que dice ‘aberria gara, alderdia gara’», según aseguró la presentadora del evento.

PURO ORTUZAR EN LA DESPEDIDA

El primero en tomar la palabra fue Andoni Ortuzar, a quien presentaron como «conductor, arquitecto y timón, que se ha dejado la piel por el partido y por Euskadi». El ya expresidente del EBB se mostró agradecido a la militancia del partido. Aseguró que se ha sentido feliz, porque «hemos hecho más grande a este partido y hemos avanzado como pueblo. Nos hemos acercado más a esa Euskadi libre y soberana que soñamos. A ese Zazpiak Bat de nuestro escudo. Nuestra ikurriña y nuestro anagrama, nuestra galleta, se ha colocado en el punto más alto. No puedo pedir más».

Tras desear suerte a Aitor Esteban y a su nueva ejecutiva, Ortuzar volvió a ser él mismo en su despedida, afirmando que «ahora me toca volver a gusto a la militancia de base. Me vuelvo contento, con la vaca de mi aitite, con mis sucedidos y con mis chistes malos, al batzoki de Abanto. Sabéis que siempre estaré al servicio de este partido». Luego ha cantado un bertso final destacando que «batasuna da indarra» (la unidad es la fuerza).

HABLA AITOR ESTEBAN

En su primer discurso, el nuevo presidente del EBB, Aitor Esteban, afirmó que «para continuar con nuestra trayectoria, para seguir creciendo como país, lo que me exijo a mí mismo y pido a todos y todas nuestras representantes institucionales son tres cosas: unidad, ejemplaridad y humildad». Con ello y «con la fuerza que da saber que formamos parte de un partido centenario ejemplar, vamos a seguir construyendo Euskadi, de la mano de vascas y vascos, de la mano de Euskadi, de vuestra mano».

Aitor Esteban aprovechó los agradecimientos del relevo de direcciones para «responder a quienes seguían hace unas semanas alimentando el mantra de que hay dos almas en el PNV. No hay dos almas, hay 22.000. Las de cada miembro de su afiliación, pero cuyos corazones laten al unísono».

Defendido que «el euskara, además de llevar en su origen el origen del pensamiento vasco, nos distingue como pueblo y es nuestra mayor riqueza. Este partido jura conservarla y llevarla a todos los ámbitos». El nuevo presidente del EBB ha dicho que «no cuenten con nosotros quienes quieran convertir nuestra lengua en un elemento de confrontación, o monopolizarla o utilizar las estructuras de su entorno para hacer política partidista. El euskara es la lengua propia del Pueblo Vasco, por encima de sentimientos nacionales o adscripciones ideológicas».

TAREAS INMEDIATAS DEL EBB

El presidente puso «tareas inmediatas» a la nueva dirección como mejorar la coordinación y el mensaje entre los órganos del partido y entre estos y las instituciones; mayor rapidez en la toma de decisiones y el posicionamiento del partido; dotar de más relevancia al área de comunicación; mejorar la información a la afiliación y darle cauces de participación. También ve preciso repensar la estructura del partido y adaptarla a la actual realidad. Lo resumió en que «hay que ponerse en forma para ganar el próximo tanto».

En su largo largo discurso -en euskara, castellano y una pequeña parte en francés-, Esteban defendió el consenso alcanzado para la elección de la nueva dirección como fruto de «un proceso democrático y respetuoso». Aseguró que «la militancia tiene la palabra, participa y elige, cuando desde los medios se decía que todo estaba elegido».

Por último, Aitor Esteban animó a la ciudadanía de Euskadi a «hacer país cada día» y aseguró que el PNV «agotará las posibilidades para avanzar en el marco político-institucional», pese a advertir de que «es un camino largo y no nos lo van a poner fácil», al tiempo que subrayaba «que los grandes marcos no pueden ser único y absoluto objeto de nuestra acción política».

El canto coral del himno dio paso a la sesión de fotos.