2025 API. 05 Elkarrizketa Eva Libertad Cineasta «No puedo, ni quiero, erigirme en portavoz de las personas sordas» Con una larga experiencia en el teatro y como realizadora de documentales relacionados con la mujer y la diversidad, Eva Libertad (Molina de Segura, Murcia, 1978) debuta ahora en el largometraje con “Sorda”, film protagonizado por su propia hermana, Miriam Garlo, con el que ha sido doblemente premiada en Berlín y que ha arrasado en el Festival de Málaga. (Xavi TORRES-BACCHETTA) Jaime IGLESIAS En su película, Eva Libertad se acerca a la singularidad de Ángela, una mujer sorda que tiene una relación de pareja con un oyente, cuya vida en común cambia a raíz de la experiencia de ser padres. Completan el reparto Álvaro Cervantes, Elena Irureta y Joaquín Notario. La idea de este largometraje está en un corto previo. ¿Cómo fue el proceso de convertir ese corto en un largo? ¿Ya estaba previsto? Fue una transición muy orgánica. Yo a Miriam ya la había dirigido en teatro, pero nunca le había puesto a actuar delante de una cámara. Rodando el corto me di cuenta de lo inmensa actriz que era y, como directora, me quedaron muchas ganas de seguir indagando en el personaje de Ángela, una mujer sorda que va a tener una criatura. A partir de ahí me metí en una fase de documentación, hablando con madres sordas para saber cual había sido su experiencia sobre el embarazo, el parto y la crianza y de ahí saqué los elementos que me sirvieron para empezar a construir el guion de un largometraje. Pero no, no estaba previsto hacer este largometraje cuando rodamos el corto, fue ese deseo que te he comentado, unido al recorrido que tuvo el propio corto y a las reacciones que suscitó entre el público oyente, lo que nos convenció de que la historia de Ángela daba para más. La película presenta dos líneas argumentales. De un lado la experiencia de la maternidad, de otra cómo vive esa experiencia un persona sorda. ¿Cómo dio forma a esas dos líneas para que confluyeran en una única historia? A la hora de construir el guion, yo no quería que la maternidad se apropiase del resto de la experiencia de la protagonista, o mejor dicho de los protagonistas, porque ahí también está el personaje de Héctor, y para mí había algo en el vínculo de esa pareja que me resultaba muy atractivo de mirar. Me interesaba relatar cómo cambia una relación de pareja cuando empiezan los problemas, cuando se destapan los lugares oscuros y es necesario ir a esos lugares para tirar para adelante y evitar que la relación se derrumbe. Y, por otra parte, la experiencia de la sordera es algo que atraviesa al personaje desde el principio, y para mí lo más importante era colocarme cerca de Ángela para retratarla en todas esas situaciones donde confluye su experiencia como mujer sorda, como madre, como pareja, como trabajadora… Ninguno de esos perfiles podía tener más peso que otro si lo que quería era contar no la historia de una mujer sorda que va a ser madre, sino la historia de las contradicciones que se dan en una persona. Es decir, no quería contar la historia de una mujer que se percibiera como representante de todas las mujeres sordas ni como portavoz de una experiencia colectiva. Su modo de filmar resulta tan orgánico hace que las fronteras entre las estrategias del documental y del cine de ficción se diluyen. “Sorda” es una ficción desde el primer momento hasta el último. Lo que sí es verdad es que, ahora mismo, a mí el cine que me apetece hacer es un cine que esté muy cercano a los personajes y eso, inevitablemente, me lleva a alejarme de ese artificio que, a menudo, distancia al público de los personajes. De ahí que la cámara esté cerca de estos pero sin llegar a invadirles. Quería hacer una historia luminosa, no una historia sobre un personaje que fuese víctima, y de ahí esa puesta en escena que también está muy condicionada por el punto de vista de las personas sordas. Por ejemplo, estas captan toda la realidad por los ojos y eso nos llevó a tomar decisiones acerca de no perder nunca la profundidad de campo o de no usar filtros y que todos los colores de la película sean colores muy puros. La lengua de signos también nos determinó a la hora de construir los planos, porque yo quería que siempre se viesen las manos de los personajes. Entonces, todas esas decisiones de puesta en escena redundan en una idea de naturalidad que igual es la que acerca la película a esas estrategias de representación del documental a las que apuntabas. ¿Cómo fue la experiencia de trabajo con su propia hermana, en este sentido? Bueno, la experiencia personal de mi hermana me inspiró el corto, pero a la hora de hacer esta película, la experiencia de Ángela, la protagonista, no tiene mucho que ver con las vivencias de Miriam. El trabajo de directora-actriz fue un proceso muy parecido al que he hecho con otras intérpretes en el sentido de ir construyendo un personaje, pero qué duda cabe de que con Miriam tuve la ventaja de la cercanía, de manejar una serie de referentes comunes… Pero luego tuvimos que encontrar la voz de Ángela que, aunque no estaba muy lejos de Miriam, no era ella, del mismo modo que Héctor pese a no estar lejos de Álvaro Cervantes, tampoco era él. ¿Y cómo fue el trabajo con el resto de los actores? Me llama la atención que, normalmente, cuando se habla de inclusividad, se piensa en las personas sordas dentro del oyente. Pero su apuesta va en sentido contrario, se trata de incluir a un grupo de intérpretes oyentes en la realidad de las personas sordas. Es muy bonito eso que dices, porque normalmente se ha visto muy poco eso, el cómo interactúa una persona oyente cuando está dentro de un grupo de personas sordas. Indudablemente el esfuerzo que hacen las personas sordas para adaptarse a las barreras comunicativas de la sociedad oyente es mayor, pero también hay que valorar el esfuerzo de quienes siendo oyentes entran en contacto con la comunidad sorda. En el caso concreto de Álvaro cervantes, él tuvo la ventaja de que tuvo un año para preparar el personaje. En ese tiempo aprendió lengua de signos, pasó mucho tiempo con Miriam impregnándose de toda la evidencia de la sordera y convivió con muchas personas sordas. Luego, a través de improvisaciones entre ellos, fuimos construyendo el vínculo entre ambos personajes imaginando situaciones de su pasado en común. En el fondo, lo que les planteó a los actores oyentes fue un ejercicio de inmersión lingüística, trabajar, de hecho, en otro idioma, ¿no? Tal cual. Sobre todo a Álvaro, porque los personajes de los padres de Miriam no tienen tanto nivel de lengua de signos. Entonces, Elena Irureta y Joaquín Notario no tuvieron que aprender tanto ni estar tan en contacto con la comunidad sorda. Pero Álvaro sí. Él mismo dice que es uno de los trabajos más complejos que ha afrontado, porque construyó un personaje bilingüe, con toda la dificultad que eso conlleva. Me gustaría preguntarle por el trabajo de sonido. El hecho de hacer una película sonora y dialogada, dirigida al oyente, ¿responde a una voluntad de sensibilizar sobre la realidad de las personas sordas? Mi intención al hacer esta película fue profundizar en ese vínculo entre el mundo oyente y el mundo sordo, que es donde realmente yo puedo estar. Quiero decir que yo soy una persona oyente, mi hermana es sorda y de nuestro vínculo surge el deseo de hacer esta película. Me he ido legitimando como directora desde ese lugar; obviamente no puedo, ni quiero, erigirme en portavoz de las personas sordas. Y partiendo de ahí, qué duda cabe de que el trabajo de sonido era fundamental para contar esta historia y le di muchas vueltas porque no quería servirme de él para generar una emoción falsa en el espectador, ni guiarle, ni decirle cómo debía sentirse. Entonces, fue un reto determinar cómo usar el sonido. ¿No tuvo nunca la idea de rodar la película, en su totalidad, desde la perspectiva de la protagonista? Porque hay momentos donde, a través del sonido, penetramos en su percepción de la realidad. La verdad es que consideré todas las posibilidades, entre ellas esa que comentas. Pero yo ahí perdía mi punto de vista y además sería usurpar una personalidad que no es la mía. Ojalá llegue un momento en el que una persona sorda coja una cámara y cuente una historia como esta desde su perspectiva. Pero, como te decía antes, yo no me sentí legitimada para hacerlo. También consideré ir entrando y saliendo del sonido sordo, por así decirlo, e incluso una película donde la parte de Ángela tuviera ese sonido sordo y la parte de Héctor, su pareja, un sonido estándar. Pero la opción de representación que me parecía más honesta es la que elegí. Volviendo a lo que comentaba antes de que no le gusta guiar al espectador, resulta loable cómo sortea las trampas propias del típico film de denuncia, renunciando a hacer la típica película que se justifica solo por el tema que aborda… En realidad, ahí lo crucial fue lo que te decía antes, el hecho de acercarme mucho al personaje y retratarlo en su singularidad, con sus miedos, sus defectos y sus contradicciones, eso hace que de desactive la posibilidad de ver a Ángela como representante de un colectivo: su sordera no la define. Al principio, cuando me decían que estaba haciendo una peli social, me daba un poco de miedo aquello, entre otras cosas porque no sé qué es una peli social. Lo que sí fue una decisión consciente fue el intentar despegarme de esas entrevistas que yo hice y que me sirvieron para documentarme de cara a construir el guion. Las usé en ciertos momentos, pero no quise servirme de ellas para contar la historia de una sorda ejemplar. Mi idea fue siempre olvidarme del tema y acercarme al personaje. ¿Cómo está viviendo el recorrido de la película después del éxito que tuvo en Berlín y de arrasar en el Festival de Málaga? Pues con mucha alegría pero también con mucho estrés. Al final es un cúmulo de contradicciones. Berlín fue increíble. Para nosotras estar allí seleccionadas ya era un hito, pero luego la recepción del público fue tan bonita… Y de postre, encima, cuando estábamos de vuelta en Murcia nos anuncian que tenemos que volver porque nos han dado dos premios. Y ahora lo de Málaga… No sé, es mucha presión, pero a la vez soy consciente de que la película ha arrancado de la mejor manera posible y eso al final es como un sueño hecho realidad. AFRONTAR«Me interesaba relatar cómo cambia una relación de pareja cuando se destapan lugares oscuros y es necesario ir a esos lugares para tirar para adelante» CONTRADICCIONES«No quería contar la historia de una mujer sorda que va a ser madre, sino la historia de las contradicciones que se dan en una persona»