Sistema general

Me preguntaban mis pajaritos habituales, ¿cuántas veces usas la palabra sistema de manera ambigua? Yo siempre les digo que uso más veces que. Me reprochan escapismo. Insisten, ¿quizás sea libertad? Da lo mismo porque hay muchos sistemas e intentar categorizar uno de ellos como general es un trabajo recreativo que no da más valor ni socialismo real, ni a la vida entendida como algo más que el proceso biológico.

Aunque nos enseñen los trileros de la política y la información sobreactuaciones que provocan ilusiones ópticas que nos empujan a estados depresivos debido al caos que nos presentan en planos panorámicos o en esas caras desencajadas de niños aterrorizados, si achinamos los párpados y miramos fijamente, vemos las entretelas y detectamos un sistema aparentemente imperfecto, pero que se basa en cualquier coyuntura, circunstancia o estrategia a unas élites económicas y de poder abstracto que operan por encima de todos los gobiernos de la anterior etapa constitucional internacional pese a su notable falta de legitimidad emanada de algún mandato o refrendo democrático, es suficiente con saber su cotización en bolsa o la eslora de su yate.

Probablemente sea un sistema que no necesita de libro de instrucciones ni reglamentos, que se ajusta de manera automática cada madrugada en una red secreta de influencias mutuas y que a nosotros nos llega con espasmos reconocibles de los agentes del desorden pretencioso. Y, por si fuera poco, se ha acabado LaLiga, entramos en fase de rumores y de teorías blandas sobre el sistema de juego, material de desguace.