Y dos papeletas

No, imposible, no se puede mirar para otro lado. Cuando estas líneas se están deletreando la sensación es bastante desalentadora. Los audios que se han dado a conocer nos sitúan en una catástrofe política de proyección incalculable. Las conversaciones entre Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García forman parte de la historia de la infamia partidista de este siglo. Que la UCO los encontrara en casa de Koldo, quien al parecer los había grabado, tiene visos de formar parte de una traición descomunal. La ligereza con la que hablan de cantidades es sospechosa de una confianza de malandrines de cómic.

Todo en general, lo de aquí, lo de allá y lo de acullá, crea desasosiego. Ver a Borja Mari o a Feijóo hablando como grandes paladines del juego limpio, de la política sin aditamentos, es un fraude de inteligencia. Pero se lo han puesto muy fácil a estos depredadores. Porque, en pocos meses, que dos secretarios de organización estén pringados en una grosera corrupción afecta globalmente a todo el PSOE. Es un descrédito que necesita de mucha fuerza interna para superarse. Y si la reacción no es contundente, la demolición de partido y gobierno está asegurada.

Porque lo que más llama la atención en este extenso informe es la sospecha de un pucherazo en las primarias que encumbraron a Pedro Sánchez. Esa frase de Santos a Koldo, diciéndole que cuando nadie le vea meta dos papeletas, es cumbre. La vía navarra a la corrupción de los socialistas es amplia, tradicional y nefasta. Pero meter dos papeletas cuando no te ven en unas primarias, no tiene verbo que lo defina.