Emoción sin artificios

Drama hongkonés protagonizado por Patra Au y Maggie Li, que relata con sutileza la historia de Angie y Pat, dos mujeres de unos 60 años que han compartido su vida durante más de tres décadas.

Sin necesidad de mirar demasiado lejos, podemos encontrar una obra igualmente conmovedora en Euskal Herria (“80 egunean”), con una temática afín. Sin embargo, lo que diferencia de forma decisiva a la película de Ray Yeung es el contexto en el que se desarrolla: un entorno legal y social que otorga al relato una carga emocional y política mucho más incisiva. Tras la repentina muerte de Pat, Angie se enfrenta a desafíos legales y familiares debido a la falta de reconocimiento legal de su relación en Hong Kong, donde el matrimonio entre personas del mismo sexo no está permitido.

Lo más llamativo de la cinta de Ray Yeung es que emociona sin manipular, y que el ritmo narrativo se apoya en pequeños gestos, permitiendo que el conflicto crezca con naturalidad. La cámara se mantiene prudente, casi distante, otorgando espacio para un duelo silencioso; propone sentir sin sermonear.

Con una mirada contenida y precisa, la película retrata cómo el luto se complica cuando afloran viejos estigmas y dinámicas familiares tóxicas. La narración hilvana silencios y miradas, y tiene un ritmo contemplativo que recuerda al cine de Yasujirō Ozu -salvando las distancias, por supuesto; esas son palabras mayores-.

Patra Au brilla con una actuación sutil y poderosa, cargada de matices y silencios elocuentes.

Es cierto que, a ratos, la trama de la película resulta un tanto lineal y predecible, pero esa reservada escasez es parte del tono: Ray Yeung no busca manipular al espectador, prefiere invitar a la reflexión y no a la lágrima fácil.