Bronceado de verde luna

Seguimos en el estanque dorado de las incongruencias asfixiantes. Me temo que vamos a tener una sobreexposición mediática de Pedro Sánchez para levantar el ánimo a la tropa deshilachada con rumores, certezas y grabaciones de este servidor de la Guardia Civil al que se conoce como Koldo, que llegarán bien dosificadas y en el momento adecuado para que el sainete no decaiga. Puede que estemos en un entreacto, es posible que suelten bombas fétidas que afecten a otras formaciones.

Siento una debilidad agreste por Borja Mari. Mis dudas son sobre los asesores de interpretación del señor Sémper o del señor Sánchez. Quizás se debería mirar todos los vídeos secretos para descubrir cuál de los dos se mira más en el espejo, para maquillarse sin reparos, para mantener los ricitos bien colocados, para llevar camisas que se abran hasta el esternón o esas corbatas que le reflejan en la cara unas sombras morbosas. Cuando Borja Mari enfatiza me desplazo mentalmente hacia la ignominia, cuando Pedro hace pausas vocativas pienso siempre y de manera súbita, en dónde he aparcado el coche, hasta que me doy cuenta de que ya no tengo esa servidumbre.

Lo de Podemos entra perfectamente dentro de la estratega del negocio familiar. El no acudir a reunirse con el PSOE es un acto predeterminado. Lo de Sumar forma parte consustancial de lo irremediable. Estas dos formaciones, sus rencillas y su constante operar en modo ombligo son uno de los graves problemas del futuro electoral. Deben buscar una candidatura que luzca bronceado de verde luna por si eso llama a los descamisados de marca.