2025 ABU. 22 EDITORIALA El futuro de las pensiones depende de la riqueza Agosto es un mes sin muchas noticias, algunas se repiten y otras se elaboran a partir de datos más o menos recientes. Ayer, por ejemplo, Efe comparó los datos de la afiliación a la Seguridad Social de julio, que se publicaron hace dos semanas, con el número de pensionistas. En el caso de Hego Euskal Herria, los datos señalan que hay 1.345.409 afiliados y 662.019 pensionistas, lo que da una ratio de 2,03 cotizantes por cada pensionista. Las variaciones entre territorios son amplias y van desde 1,88 de Bizkaia a 2,35 de Nafarroa. Unos coeficientes que no indican gran cosa, entre otras razones, porque las cotizaciones dependen mucho de los salarios: el número de contratos precarios puede ser alto y en conjunto aportar poco a la caja de la Seguridad Social. Precisamente los bajos salarios son uno de los argumentos que los sindicatos vascos utilizan para exigir que se establezca un salario mínimo propio en Euskal Herria. Y para respaldar esa reivindicación, ayer presentaron casi 140.000 firmas en el Parlamento de Gasteiz. La ratio de afiliados a la Seguridad Social y pensionistas se completa con la previsión de jubilaciones y nuevos trabajadores en los próximos años. El retiro de la generación del «baby boom» hará que, durante la próxima década, por cada nuevo trabajador que se dé de alta, se jubilen entre tres y cinco trabajadores. Una proporción que deja entrever que habrá un problema con las pensiones en el futuro. Y a partir de este punto se lanza la búsqueda de soluciones que suele centrarse en recortes en las pensiones, bien alargando la edad de jubilación o bien reduciendo la pensión. Existen otras opciones, como el incremento de los ingresos de la Seguridad Social, aumentando las cotizaciones o los ingresos fiscales; incluso se pueden realizar aportaciones desde el presupuesto público. Lo que limita la capacidad de sostener las pensiones no es el número de trabajadores, sino la riqueza del país. Y mientras esta sigue creciendo, el único problema es tomar las decisiones políticas pertinentes para redistribuir esa riqueza. En este sentido, todas esas lecturas parciales sobre el llamado reto demográfico poco ayudan a situar el verdadero debate.