El Kremlin rechaza los cambios de Kiev y la UE al plan de paz de Trump

El Kremlin rechazó ayer las modificaciones introducidas por los países europeos y por el Gobierno ucraniano al plan de paz para Ucrania presentado por Estados Unidos. «A primera vista, es absolutamente no constructivo, no nos conviene», afirmó Yuri Ushakov, asesor del Kremlin en relaciones exteriores. El diplomático consideró «lógico» que ahora los estadounidenses se pongan en contacto con Moscú para discutirlo frente a frente.

Subrayó que Rusia recibió el plan original de 28 puntos que presentó Washington y que recoge «los entendimientos que fueron alcanzados en Alaska», en la cumbre de agosto entre los presidentes ruso, Vladimir Putin, y estadounidense, Donald Trump.

«Muchas, yo diría que no todas, pero muchas de las cláusulas de ese plan nos parecen totalmente aceptables», señaló sobre el plan original, mientras otros puntos, «requieren una discusión y un análisis de lo más pormenorizado entre las partes».

Al mismo tiempo, consideró «natural que el plan original «sea modificado con cambios por nuestra parte, seguramente también por parte ucraniana, y por la parte estadounidense y europea».

Ushakov descartó valorar las «especulaciones» y subrayó que las autoridades rusas sólo creen lo que recibieron por los canales oficiales.

Tras conocerse la primera versión del plan, Putin aseguró que puede servir de base «para el arreglo pacífico definitivo» del conflicto, si bien requiere «un análisis exhaustivo». Pero tras conversaciones el domingo en Ginebra, la UE, EEUU y Ucrania introdujeron cambios que presentaron como «un marco de paz actualizado y perfeccionado».

«Cualquier acuerdo futuro debe respetar plenamente la soberanía de Ucrania y lograr una paz justa y sostenible», señalaron.

LA OTAN

Kiev y Bruselas han eliminado elementos del plan que consideran que les iba a debilitar frente a Rusia y ahora complican que Moscú acepte el acuerdo. El plan que Washington presentó a Moscú rechazaba categóricamente el ingreso de Ucrania en la OTAN, y así lo consagraba en la Constitución ucraniana y en los estatutos de la Alianza, mientras la nueva versión deja espacio a ese ingreso si es consensuado por los países miembros de la Alianza Atlántica.

La contrapropuesta europea borra también el punto que indicaba que «se espera que Rusia no invada a los países vecinos y que la OTAN no se expanda más». La renuncia de la OTAN a no desplegar tropas en Ucrania ha sido sustituida por una puerta abierta al despliegue temporal, en tiempos de guerra o en forma de rotaciones de «fuerzas de apoyo el marco de la denominada ‘Coalición de los Voluntarios’, que no estén bajo el mando de la Alianza.

También amplía la amenaza sobre Rusia al posibilitar el establecimiento de bombarderos de la OTAN en Polonia, cuando el texto original solo preveía «cazas europeos».

EL TERRITORIO CEDIDO

Además, el plan obligaba a Ucrania a abandonar todo el Donbass, incluidas las zonas que Moscù aún no controla, y el reconocimiento de la península de Crimea como rusa. Esto queda eliminado en la contrapropuesta europea, que establece que «Ucrania se compromete a no recuperar su territorio soberano ocupado por medios militares» y que «las negociaciones sobre intercambios territoriales comenzarán desde la línea de contacto».

SOLDADOS, AMNISTÍA Y DESNAZIFICACIÓN

Los europeos también aumentan el máximo de efectivos ucranianos: 800.000 soldados frente a los 600.000 que proponía el plan original (Kiev asegura contar ahora con 980.000). La oferta de una plena amnistía del plan inicial queda eliminada en la propuesta europea y sustituida por «se tomarán medidas para atender el sufrimiento de las víctimas del conflicto».

Los europeos también han retirado la mención original a que «toda ideología y actividad nazi debe ser rechazada y prohibida». Su propuesta es sustituirla por «Ucrania adoptará las normas de la UE sobre tolerancia religiosa y protección de las minorías lingüísticas».

También ha eliminado la mediación de EEUU en el punto que señalaba que, tras la firma del acuerdo de paz, se iniciará un diálogo entre Rusia y la OTAN con el objetivo de resolver todas las cuestiones de seguridad y crear condiciones para la desescalada, con el fin de garantizar la seguridad global y aumentar las oportunidades de interacción y las perspectivas económicas futuras».

Los europeos han borrado igualmente la reintegración inmediata de Rusia a la economía global sustituyéndola por un regreso «progresivo» y una invitación al G8 en caso del fin de la guerra.

Pese a estas discrepancias, Donald Trump sostuvo ayer que «algo bueno» puede estar sucediendo en las negociaciones. Por su parte, Putin se ciñó a la primera versión del plan, mientras Volodimir Zelenski volvió a rechazar la modificación violenta de las fronteras.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, coincidió en que el territorio y la soberanía de Ucrania «deben ser respetados».

Tras los activos rusos congelados

Los ministros de Exteriores de Alemania, Gran Bretaña, Estado francés, Finlandia, Italia y Polonia defendieron en una conversación con su homólogo ucraniano, Andri Sibiga, la aprobación de más sanciones contra Rusia y una decisión para destinar los activos rusos congelados para apoyar a Kiev antes de final de año. La UE ya financia parte de su ayuda a Ucrania con los rendimientos que generan los activos rusos en su territorio, pero el bloque comunitario no se ha puesto de acuerdo para utilizar esos activos por el temor de Bélgica, donde están depositados la mayoría de los fondos, a las consecuencias jurídicas.

Según el plan de paz presentado por EEUU, 100.000 millones activos rusos congelados serían utilizados en la reconstrucción de Ucrania y Washington recibiría el 50 % de los beneficios.

En su lugar, la UE ha planteado que «Ucrania será totalmente reconstruida y compensada económicamente, incluso mediante activos soberanos rusos que permanecerán congelados hasta que Rusia compense los daños causados a Ucrania».GARA